Los precios de la reposición han tenido una evolución muy despareja en el último año, acentuada en los últimos seis meses. Las cotizaciones de las categorías más próximas han seguido de cerca la evolución de los precios del gordo, en tanto que las nuevas (terneros y terneras) mantuvieron sus precios con escasas variaciones respecto de las que regían un año atrás.
En el remate de Plazarural de la semana pasada se dio la inusual situación de que los precios por kilo de los animales de las generaciones más viejas superaron a los de las más nuevas. Los novillos de más de 3 años cotizaron a un valor medio de US$ 2,20, muy próximo al de los terneros (US$ 2,28, ya próximos a pasar a ser novillitos sobreaño) y por encima de los de 1-2 y 2-3, como se ve en el cuadro.
Por más que la oferta de novillos de +3 es escasa en los remates por pantalla, lo que obliga a tomar sus promedios “con pinzas”, de todas maneras es clara la evolución diferencial de los precios en el último año. Lo mismo sucede con las hembras.
Respecto a setiembre de 2020 los novillos +3 y vacas de invernar aumentaron en el eje de 25% (próximo a la suba del gordo en el mismo período), los de 2-3, entre 12-13%, los de 1-2, 10-12% y los terneros/as menos de 5%.
Sin dudas el aumento del gordo impulsa hacia arriba a las categorías más próximas. La pregunta es por qué las más nuevas no los siguen. La relación de reposición alcanzó los niveles más bajos de los últimos años, en el entorno de 1-1 el kilo de ternero respecto al de gordo.
La competencia de la agricultura por tierra es un argumento que puede ayudar a explicar el menor interés por vacunos para negocios más largos. La otra posibilidad es que se vislumbre un panorama sectorial más sombrío en el mediano plazo. Sin embargo, con lo que se puede observar para adelante, el escenario es mayormente positivo.