“Hubo mucha puja para toas las categorías y se vendió prácticamente el 100% de la oferta”, dijo a Informe Tardáguila Pablo Sánchez, integrante del escritorio Walter Hugo Abelenda, al finalizar la segunda jornada de ventas en la tarde de ayer en el hotel Cottage.
Durante las dos jornadas de actividad se comercializaron más de 16 mil vacunos y 1.500 lanares. Con la excepción de un par de lotes de vientres preñados, se colocó el resto de la oferta, por lo que el porcentaje de ventas alcanzó 99,7%.
Sánchez destacó la operativa en el caso de las piezas de cría. “Eran más de 6 mil cabezas y todas se vendían US$ 50-60 arriba de la idea que uno se había hecho previo al remate”, indicó. Explicó que con la compra de esta categoría “mata dos pájaros de un tiro”, porque “te quedás con la vaca y el ternero” en momentos en que hay “muchos productores con muy buena comida, en especial en el norte del país”.
Agregó que las vaquillonas también se vendieron de forma muy ágil, con una demanda muy fuerte desde los corrales de engorde por animales de más de 300 kilos.
Sánchez justificó la firmeza del mercado en la “primavera exuberante”, a lo que se agrega la firmeza en el precio del ganado a faena, a pesar de transitarse por plena ventana de cuota.
El precio medio de los terneros aumentó 9 centavos respecto al remate anterior a US$ 2,59 el kilo carcasa, con los de 140-180 kilos que promediaron US$ 2,75, US$ 3 centavos más que en la anterior subasta.