Para finales de 2025 se ha retrasado el inicio del pago por el impuesto a las emisiones de gases de efecto invernadero por las prácticas ganaderas y agrícolas de Nueva Zelanda. El país tiene 5 millones de habitantes y cerca de 10 millones de cabezas de ganado vacuno y 26 millones de ovejas.
El gobierno laborista neozelandés se ha enfrentado a críticas por parte de organizaciones ganaderas y del sector cárnico. Ante esto, ha tomado medidas para abordar algunas de estas preocupaciones antes de las elecciones de octubre, en las que va a la zaga en las encuestas.
El ministro de Agricultura, Damien O'Connor, dijo que el pago de dichas emisiones comenzaría en el cuarto trimestre de 2025, en comparación con el inicio previamente planeado en el primer trimestre para dar a los agricultores y ganaderos más tiempo para adaptarse. “Es importante que el sistema para gestionar y fijar el precio de las emisiones agrícolas sea viable, eficaz, fiscalmente responsable y esté configurado para durar. Por eso estamos adoptando un enfoque mesurado", afirmó en un comunicado.
"No existe una justificación sólida para fijar este tipo de impuestos cuando el sector está logrando buenos avances hacia el cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones", dijo en un comunicado Kate Acland, presidenta de Beef + Lamb New Zealand.