Desde Shanghái

La edición 2024 de la feria del Sial en Shanghái transcurrió sin sorpresas en lo que refiere a los mercados cárnicos. Las especulaciones previas de algunos exportadores de América del Sur, en algunos casos anticipando ventas, en otros guardando mercadería para tener disponibilidad durante la feria, no tuvieron un impacto sobre el mercado que mantuvo las mismas condiciones de los últimos meses: una demanda chata, que mantiene el interés de compra pero que sigue presionando los precios a la baja.

Se mencionan tres argumentos que hacen que el mercado no esté dinámico. Por un lado, se sigue hablando de elevados stocks de carne importada, más allá de que en las cámaras de frío lo que se observa es mercadería relativamente nueva, de no más de 4-5 meses de producción, lo que indica que hay salida del producto y que el gran problema de que se le terminaba la vida útil a lo que tenían almacenado, ya no está más.

El otro argumento, de mayor peso, es el fuerte ajuste a la baja del precio del ganado en China. Durante la época de la política del cero covid se produjo una caída muy fuerte en la faena, porque las plantas estaban mayoritariamente cerradas, y eso creó un embudo que está saliendo al mercado ahora. Esta carne se vende enfriada en el mercado interno y para muchos platos clásicos que se consumen en China (el hot pot, el más característico) prefieren el producto enfriado antes que el congelado importado. Por lo tanto, ese bajo precio del enfriado le pone un techo a los precios del congelado.

El tercer argumento es la abundante oferta de Brasil. Por más que durante la feria los exportadores brasileños se mantuvieron sin aceptar nuevas correcciones a la baja en sus precios de venta, el volumen que sale de Brasil sigue siendo importante. En mayo habrá exportado cerca de 220 mil toneladas de carne, de las que con toda seguridad algo más de 100 mil terminarán en China.

En la mirada hacia adelante, lo que se percibe en China es un mesurado optimismo de cara a 2025. La dinámica de Shanghái es muy superior a la del año pasado, cuando recién se había dejado atrás la política de cero covid. El movimiento es tan o más intenso al que había en los años previos a la pandemia. Los empresarios chinos son optimistas en cuanto a que las condiciones de la demanda mejorarán hacia 2025 y a que, en estos momentos, en lo que al mercado de importación de carne refiere, se está cerca o en los pisos de precios.

Será cuestión de manejar la ansiedad y pensar en un mercado con un mayor interés comprador a precios algo más altos el año que viene, más allá de que no hay nadie que piense que se vuelvan a dar las excepcionales condiciones de mercado que hubo en 2021 y 2022.