El ausentismo laboral en la industria frigorífica continúa siendo uno de los principales desafíos para la actividad, no solo por su impacto en los costos empresariales, sino también por las consecuencias que genera en los propios trabajadores. Marcelo Secco, CEO de Marfrig en Uruguay, señaló que, aunque en 2025 los registros de inasistencias se han mostrado más moderados respecto a otros años, “siguen siendo altos por temas estructurales”, aun incluso en plantas que cuentan con sistemas médicos, prevención y rotación de puestos.
Uno de los factores que, a su entender, complejiza la situación es el funcionamiento del sistema de seguros médicos. “Hay que analizar como es el sistema, que algunos no lo usan bien o, mejor dicho, lo usan mal”, apuntó. En ese sentido, advirtió que el ausentismo no solo encarece la estructura empresarial, “hoy se perjudica el Estado, se perjudican las empresas y los propios trabajadores”, indicando se existe una sobrecarga en los funcionarios que cumplen con su labor.
Consultado sobre los salarios en la industria frigorífica, el ejecutivo reconoció que los ingresos se encuentran entre los más altos del sector manufacturero. “Un trabajador que complete su jornada semanal de 48 horas y tenga una categoría intermedia percibe un salario líquido entre 90.000 y 100.000 pesos”, afirmó. Destacó que se trata de una remuneración significativa, asociada al carácter calificado de la mano de obra: “Es un lindo salario, obviamente bien ganado, y ojalá podamos tener más de esos puestos de trabajo genuino”.
No obstante, advirtió que las estructuras laborales vigentes muchas veces generan distorsiones. “Los propios sistemas de incentivo, las no rotaciones, las famosas escalas por categorías, todo eso son perversas porque van llevando a un trabajo más forzado para tener un mejor ingreso”, sostuvo.
Para Secco, el tema trasciende a la industria frigorífica y abarca a toda la manufactura uruguaya. Reclamó que se instale una discusión seria en el ámbito del Ministerio de Trabajo, “sin manija, con responsabilidad y profesionalismo”, para garantizar un esquema sostenible que permita mantener una fuerza laboral activa y de buen ingreso, con el consiguiente derrame positivo en las economías locales. “Lo importante es cómo hacemos para generar más de esos puestos de trabajo genuino y en una relación seria, profesional, cuidando a la gente”, concluyó.