La Estación Experimental Dr. Mario A. Cassinoni (Eemac) de la Facultad de Agronomía fue el escenario de una jornada que combinó conocimiento técnico y práctica de campo bajo el título "Cuatro Estaciones en la UPIC". El pasado jueves, investigadores y estudiantes expusieron los avances en el proyecto de invierno, destacando la importancia de la combinación de pasturas sembradas y suplementación para optimizar la producción ganadera en escenarios de bajas temperaturas.
Cuatro paradas
La actividad, organizada por la Unidad de Producción Intensiva de Carne (UPIC), tuvo como objetivo principal mostrar cómo las técnicas de manejo y suplementación pueden transformar los resultados productivos en sistemas ganaderos. El Ing. Agr. Álvaro Simeone inició la actividad con la recorrida de campo donde los asistentes observaron el manejo del pastoreo de terneras en una parcela de raigrás cv Jack. Con 101 terneras Hereford, cada una con un peso promedio inicial de 138 kilos, la asignación de forraje fue del 5% del raigrás Jack, con franjas de cambio semanal.
La segunda parada presentó el estudio del efecto del procesamiento del grano de lupino (Lupinus angustifolius) sobre la suplementación de terneros pastoreando raigrás cv Selva. Agustín Curbelo, Lucía Machado, Fabián Acosta y Facundo Vázquez, estudiantes en tesis, explicaron cómo evalúan la producción animal y la eficiencia del alimento utilizando lupino entero y quebrado. Este experimento incluye un grupo testigo sin suplementación, otro con grano de lupino entero y un tercero con grano de lupino quebrado, con una asignación de forraje del 2,5% y una suplementación de 1 kilo de materia seca por cada 100 kilos de peso vivo.
En la tercera parada, se abordó la evaluación de la cinética ruminal y el patrón de fermentación en novillos pastoreando raigrás cv Selva, con suplementación de grano de lupino entero o quebrado. Camila Diz y Bruno Rodríguez, también estudiantes en tesis, detallaron cómo se caracteriza el impacto de la suplementación en la fermentación ruminal, degradación del forraje y granos, y digestibilidad de la materia seca. Los novillos, con fístula de rumen, fueron sometidos a los mismos tratamientos de pastoreo y suplementación que en la etapa anterior.
Finalmente, la jornada concluyó con la exhibición del manejo de novillos en engorde sobre pradera de segundo año. Con 42 novillos Hereford, con un peso promedio inicial de 377 kilos, se mostró cómo la asignación de forraje del 5% en pradera de segundo año, con cambios semanales, optimiza la producción ganadera en estas condiciones.
Simeone subrayó la importancia de transferir datos de la teoría a la práctica de campo, destacando cómo este año, a pesar de un verano relativamente suave, las lluvias de otoño complicaron la implantación de verdeos. "Las praderas de segundo y tercer año han sido cruciales para cubrir los baches y compensar los retrasos de las avenas", explicó, añadiendo que los verdeos actuales están en plena actividad, con una respuesta notable y que las praderas de primer año presentan un retraso significativo en su implantación.
Lupino
Durante la actividad, el Ing. Agr. Juan Simeone presentó datos y conclusiones de estudios sobre el uso del lupino en la alimentación de terneros. “Hemos investigado el suministro de lupino en diferentes categorías, principalmente en terneros y terneros de destete precoz, manejándolos con un 1% del peso vivo”, explicó Simeone. Además, destacó que, a diferencia de otros métodos, no han publicado aún datos sobre el uso de comederos de autoconsumo con lupino suministrado ad libitum, manteniendo sus estudios enfocados en el suministro mediante bolsas o mixers.
Uno de los trabajos más destacados se llevó a cabo en la estancia Los Álamos, donde se evaluó la suplementación de lupino en terneras Angus, con el objetivo de evitar la pérdida de peso durante el invierno. Se realizaron tres tratamientos: terneras testigo sobre campo natural, terneras suplementadas con afrechillo de arroz y terneras con lupino, todas al 1% del peso vivo. “Las terneras sobre campo natural perdieron 200 gramos durante todo el invierno, las suplementadas con afrechillo ganaron 200 gramos, pero las que recibieron lupino ganaron 400 gramos”, detalló Simeone. Además, subrayó que, aunque se administró el lupino al 1% del peso vivo, las terneras consumieron el 65% de su peso vivo, lo que resultó en una ganancia de peso superior con un menor consumo.
Simeone profundizó en la evaluación económica del lupino frente al afrechillo de arroz, señalando que “si el afrechillo de arroz cuesta US$ 150 la tonelada, el lupino no debería superar los US$ 300 para ser una opción viable. Si el precio del lupino llega a US$ 400, opto por el afrechillo”. Esta comparación de precios permite a los productores tomar decisiones informadas sobre la suplementación más eficiente para sus animales.
Jornada anual
La jornada del jueves fue solo una previa a la gran actividad del 22 de agosto, que se llevará a cabo en el local de exposición de la Feria, y se titula ‘25 jornadas, generando tecnología para una ganadería más rentable’.