La venta de vacas lecheras a frigorífico creció significativamente este año. De acuerdo con datos informados por el Instituto Nacional de la Leche (Inale), en el año a noviembre se enviaron a plantas de faena 61.570 vacas de más de 3 años, casi 7 mil más (13%) que en los mismos meses de 2023 y la mayor cantidad para el período desde 2011.
La tendencia es la contraria a la de las vacas de razas carniceras, las que salieron a faena en mucho mayor número en 2023 —por el impacto de la sequía en la producción de forraje— que en el año actual, especialmente en el segundo semestre.
Justino Zavala, directivo de la Agremiación de Tamberos de Canelones, explicó a Informe Tardáguila que en el caso de los tambos “la sequía (en 2023) no nos pegó tanto en términos de envío de vacas a faena, hubo que salir a comprar comida, endeudarse; la caja se mantuvo a fuerza de endeudamiento, tirando la pelota para adelante”.
En 2024, en cambio, se dieron los episodios continuos de lluvias, con dos meses de “vacas enterradas en el barro”, lo cual impactó en una caída de la producción “tremenda”. Eso hizo que “empezara a explotar la situación financiera de los productores y no había más crédito para tomar, más allá de algunas herramientas puntuales. La caja se cerró vendiendo vacas”, afirmó Zavala.
El productor canario recordó la baja de $ 4 que se procesó en el precio de la leche en agosto de 2023, que no se recuperó. “Pasamos todo el año con los precios muy sumergidos, llegamos a tener casi 400 productores con saldo deudor en Conaprole”, agregó.
Recién en agosto de este año, desde el punto de vista forrajero, comenzó la recuperación. “Las reservas, que se habían hecho muchas en 2023, se consumieron cuando estuvimos casi dos meses con las vacas encerradas y desperdiciando comida, porque incluso productores con muy buenas instalaciones para dar de comer, con la situación ambiental tan perjudicial, no podían acceder a ellas”.
Zavala dijo que recién en este mes “estamos logrando una remisión de leche a planta por encima de la del mismo mes del año pasado” (2% superior), con una caída de 4% en lo que va del año que se acentuó mucho en el segundo y tercer trimestre.
Para Zavala, “cuando el productor no tiene plata, lo único que tiene es aumentar la venta de vacas”, y esa es la razón por la cual se dio el crecimiento en el envío de vacas lecheras a faena este año. El dato es el más alto desde los años 2020 y 2021, cuando se dio la salida de Olam del mercado, lo que determinó un elevado envío de vacas a faena.
Un factor que seguramente también jugó en este proceso fue el enfriamiento de la corriente comercial para la exportación de vientres en pie (terneras y vaquillonas) en el último par de años. El mercado chino prácticamente desapareció como opción comercial para este histórico negocio, que era otra opción que tenían los productores para hacer caja.