“En general, hasta abril de 2020 las exportaciones no tuvieron grandes cambios ni en precios ni en volúmenes. En general hay una especie de compás de espera por los movimientos del mercado internacional. Los negocios que surgen son de cortísimo plazo, al momento tanto exportadores como importadores no están concretando negocios para los próximos meses”, dice el último informe del Inale sobre Perspectiva y Situación de la lechería uruguaya.

“Para lo que resta del semestre, las exportaciones de nuestro país en general refieren a negocios pactados en meses anteriores. Pero la actividad económica mundial se está resintiendo, las monedas nacionales se han devaluado frente al dólar, los precios del petróleo han bajado a la mitad. No debería sorprendernos la eventual postergación de embarques, cancelación de embarques y/o renegociaciones de precios”, advierte el informe.

“El mercado lácteo no está blindado ante la emergencia mundial. De hecho, los agentes económicos del sector perciben que los precios irán a la baja, aunque con la incertidumbre del cuánto, cuándo y hasta cuándo. Sin embargo, hay algunas señales positivas de reactivación desde China y demás países asiáticos”, destaca.

A pesar del parate mundial con consecuencias que no se sabe hasta cuánto se extenderán, el mundo necesita alimentos y las vacas tienen que seguir ordeñándose. El desafío muy probablemente vendrá por seguir extremando las medidas de higiene e inocuidad en toda la cadena láctea, fortalecer los destinos de exportación consolidados, apuntar a la búsqueda de negocios de corto plazo que vayan paleando la salida de productos hacia el mundo, apuntar a la diferenciación de productos y buscar segmentos de mercado diferenciados aprovechando las oportunidades que puedan surgir de esta crisis, así como complementar métodos tradicionales de comercialización con canales alternativos como el e-commerce, según el Inale.