Pese a la faltad de agua que afectó a gran parte de la cuenca lechera, la remisión de leche a las distintas plantas industriales totalizó 133 millones de litros en marzo, el mismo nivel de producción del año pasado, sin embargo, se estuvo lejos de la marca del 2018 de 141 millones de litros.

Así el trimestre enero-marzo cerró con 451 millones de litros de leche, lo que arroja un incremento del 2,7% respecto a igual período del año pasado. En el año móvil abril/19-marzo/20, la producción todavía está un 2,6% por debajo de los 12 meses previos, según datos preliminares del Inale.

Habrá que esperar ahora cómo sigue la remisión durante el segundo trimestre, con lluvias que finalmente llegaron y en volumen por demás interesante. Ello seguramente propiciará un buen crecimiento de las pasturas que ya se habían implantado de invierno y permitirá culminar las labores en aquellos predios donde eso se había retrasado por la falta de humedad en el suelo.

La mayor amenaza hoy en materia de producción pueden ser las señales de precios, donde hay pocas perspectivas de una corrección a corto plazo dado el enlentecimiento del comercio mundial de lácteos por el coronavirus.