El endeudamiento del sector lechero (industria y tambos) al cierre del ejercicio 2020 no tuvo grandes cambios respecto al año previo. De acuerdo con los datos que publica el Banco Central (BCU), tambos e industriales cerraron diciembre con deudas con el sistema financieros por US$ 441 millones, apenas US$ 5 millones por debajo de los US$ 446 millones de diciembre de 2019.

El volumen de los créditos vencidos, por su parte, experimentó un crecimiento al pasar de US$ 22,4 millones (5,3% del total) a US$ 30,9 millones (7%) en diciembre en igual comparación.

Un mayor endeudamiento de un sector de actividad no necesariamente debe interpretarse como un dato negativo. En muchas oportunidades esos fondos son utilizados para apalancar mayores niveles de productividad de tambos o industrias. De todas formas, en el caso de la industria sí se han registrado problemas más evidentes en los últimos años, en particular en aquellas medianas y pequeñas, lo que se refleja en sus niveles de morosidad.

A diciembre, el volumen de créditos vigentes de los tambos con el sistema financiero totalizaba US$ 246,2 millones, eso es unos US$ 12 millones menos que los US$ 258,6 millones de diciembre de 2019.

El volumen de créditos vencidos de la fase primaria experimento un leve repunte en el último trimestre del año y cerró en US$ 12,2 millones el último mes de 2020 (4,9% del total).

 

La industria

En el caso de la industria láctea, el comportamiento fue el opuesto a los tambos. El volumen de créditos de las empresas con los bancos cerró diciembre en US$ 195 millones, de los cuales US$ 18,8 millones (9,6% del total) estaban vencidos. La industria láctea uruguaya había cerrado el año calendario de 2019 con una deuda por US$ 187 millones y préstamos vencidos por US$ 12,3 millones (6,6% del total).

Pese a que el mercado internacional mostró otra cara para el mercado internacional en 2020, hay varias industrias de pequeña y mediana escala que enfrentan dificultades desde hace varios años para mantener su giro industrial. Algunas empresas debieron refinanciar sus planes de financiamiento con los bancos ante dificultades para hacer frente a sus obligaciones. El Inale está trabajando para ver cómo pueden algunas de estas industrias introducir mejoras en sus niveles de productividad y competitividad para que puedan mantenerse en la cadena láctea.