El próximo martes 19 de julio el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay y los productores consorciados fundacionales que conforman el Consorcio Regional de Innovación de Lana Ultrafina (CRILU) renovarán esta alianza para iniciar una segunda etapa de trabajo que se enfocará en potenciar un Merino de alto valor.
Esta segunda edición se extenderá por seis años y uno de sus enfoques será el agronegocio. “La idea no solo es tratar de mejorar la productividad y la calidad vía la investigación e innovación, sino también ser un facilitador y articulador de nuevas oportunidades y alternativas comerciales para el sector ovino”, explicó Juan Pérez Jones, presidente del CRILU. Asimismo, señaló que la transferencia de tecnología será otro eje central “y para eso nos interesa capacitar a productores, técnicos y colaboradores, para que se especialicen en la producción de este tipo de lana y carne ovina”.
Otra de las líneas de acción que cobrará relevancia en este período del consorcio será la vinculada a la carne. “Una forma de valorizar estos sistemas y ofrecerle más beneficios al productor es incorporar la carne como producto de relevancia. Creemos que puede haber un público similar al de las lanas superfinas y ultrafinas que esté dispuesto a pagar por carne de calidad producida en ambientes naturales, sostenibles y éticos”, señaló Fabio Montossi, investigador principal referente del Programa de Carne y Lana de INIA.
“Esto requiere no solo trabajar en el sabor, la terneza y otros atributos intrínsecos de la carne, sino también a nivel de los procesos de producción, probando que realmente más del 95% del área donde se produce es campo natural y/o mejoramientos extensivos, donde hay muy poca aplicación de agroquímicos, se conserva el ambiente y la biodiversidad y se cuida el bienestar animal”, agregó el experto.
Actualmente, el consorcio está conformado por 42 productores de entre 115 y más de 5.000 hectáreas que producen 400.000 kilos de lana en total con un promedio de menos de 18 micras. En esta segunda etapa, el objetivo será llegar a más productores ovejeros, creciendo hacia todas las regiones ganaderas del Uruguay. Para eso, se abrirá un llamado a interesados que se extenderá del 19 de julio al 19 de agosto. En ese lapso deberán comunicarse al correo
En los primeros 10 años de funcionamiento, esta alianza alcanzó importantes hitos. “Una de las metas era llegar a un millón de kilos por debajo de 20 micras y eso se logró antes de la primera década del proyecto. Desde que comenzamos, la majada Merino del Uruguay bajó de 22 a 19 micras promedio, los lotes de lana de los consorciados rondan las 18 micras promedio y hay casos por debajo de las 17 micras o menos donde se captura más valor”, dijo Pérez Jones.
También destacó que a nivel país, en los últimos 20 años las lanas por debajo de las 20,5 micras aumentaron en cantidad (+134%) y representan en la actualidad el 32% de la producción nacional.
Montossi también subrayó que las tecnologías propuestas por el consorcio “han permitido aumentar 40% la producción de carne y 20% la lanera por hectárea”. En forma adicional, estudios de la Federación Uruguaya de Grupos CREA con CRILU muestran que se aumenta sustancialmente el ingreso con lanas por debajo de las 18 micras y el ovino se transforma en un componente esencial de la economía del productor. En un periodo de varios años y múltiples empresas analizadas, se observó una correlación directa entre la reducción de finura del lote de lana y el ingreso de capital de dichas empresas.