Este año en particular, se observaron muchos problemas de color en los vellones durante la esquila, lo que ha determinado un alto porcentaje de vellón inferior en los distintos lotes. En este sentido, ya se ha mencionado en Faxlana, que el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) recomienda realizar los análisis objetivos, para determinar si el color visual a la hora del acondicionamiento se mantiene o mejora a la hora del procesamiento de la lana.

Hugo Surraco, integrante de Lanas Trinidad, dijo que “este año la cantidad de humedad y lluvias que tuvimos fue significativa, y eso, sin duda, afecta el color de los vellones. Cuanto más blanco sea el vellón, mayor es su valor y mejor se puede comercializar”, explicó. Remarcó que el trabajo de las máquinas de esquila es “muy difícil” dado que “muchas veces el vellón parece más cremoso de lo que realmente es, pero hasta no tener una medición objetiva, no se puede saber con certeza”.

El problema del color también se está observando en vellones que se han guardado de zafras anteriores en los galpones. En este sentido, Surraco dijo: “Siempre creímos que la lana era un producto no perecedero, que podíamos almacenar en los galpones y que, con el tiempo, seguiría estando en buenas condiciones”, sin embargo, explicó que “el color de la lana se deteriora con el tiempo. Se va perdiendo debido a distintos procesos químicos y biológicos”.

Surraco remarcó que “no es lo mismo una lana que ha estado guardada dos o tres años en un galpón que una lana recién producida”. Por lo tanto, indicó que el coreo de esa lana hace realizado hace dos o tres años atrás, mantiene los demás datos objetivos, salvo “en lo que respecta al color”.

Sobre el peso de ese factor, en la conformación del precio al productor, a la hora de comercializar el lote de lana, dijo que “depende de la demanda”. En este sentido explicó que “si hubiese una demanda muy alta, ese problema del color sería menos relevante. Pero como la demanda es más escasa y cada vez más exigente, se convierte en un problema”.

Puntualmente, en el caso de las lanas merino, dijo que “si necesitas preparar un lote de vellones extremadamente blancos para un cliente muy exigente, como suele ser el caso en los mercados de nicho, entonces las lanas que han perdido color son más complicadas de comercializar”.