La producción ovina está dando algunas señales que son claras y otras que no tanto. Por el lado de las lanas, prácticamente ha dejado de ser un tema de discusión el afinar la fibra o migrar hacia un sistema de producción de lanas finas, porque más allá de las variabilidades de precios que se pueden verificar en el mercado, este tipo de finuras tiene una demanda más fluida.

La situación es más compleja cuando se analiza el rubro desde el punto de vista cárnico. “Creo que porteras hacia adentro los productores deberían solucionar varios problemas”, dijo el Ing. Agr. Gianni Bianchi, ex catedrático de la Universidad de la República y actualmente asesor de varios productores. Sin embargo, advirtió que la principal problemática está porteras afuer,a donde “no hay una señal clara de la industria, que claramente es vaquera y la oveja entra cuando no hay ganado, salvo honrosas excepciones”.

Bianchi reconoció que “como país tenemos restricciones de tipo arancelario. No le podemos exportar a países que quisiéramos exportar y tenemos restricciones también de tipo sanitario” pero entiende que la falta de señales claras, el ingreso del ovino cuando falta el vacuno y el límite en el peso de las carcasas, “es como poner un freno de mano” a la producción. “Sí tenés corderos que perfectamente se van a 18, 20, 22 kilos, 24 kilos de carne y eso la mayoría de las veces no lo quieren y si tenés oveja de descarte y no tenés consumo de carne y quieres venderla, es un drama”.

El técnico recordó que el precio del cordero este año cerró en un piso histórico. “Cerramos el año con un precio del cordero a US$ 2,85. Yo no recuerdo un precio tan bajo del cordero pesado. Del 96 para acá, un promedio de muchos años andaban US$ 3,60 si mal no recuerdo. O sea que estamos 25% abajo de ese precio. Entonces es complicado”.

Bianchi remarcó que la señal más importante para el ovejero es el precio que recibe por su producción. En este sentido dio como ejemplo la producción de lanas finas. “¿Por qué alguien decide adoptar el paquete tecnológico de afinar? Compra carneros mejoradores con negativos en el diámetro de la fibra, hace esquila preparto, certifica la lana, hace acondicionamiento, etcétera. ¿Por qué hace todo eso? Lo hace porque más allá de la volatilidad del mercado en general por la lana fina, al final obtiene un diferencial de precio importante”.

En este sentido recordó que estos sistemas productivos, ubicados en su gran mayoría en el norte del país, se encuentran sobre suelos superficiales donde tienen muy poca competencia, pero en el resto del país tiene que competir con otros rubros y “más allá de que sea un animal muy noble, que tenga una sinergia importante con la agricultura, que tenga un techo productivo muy alto, si a la hora de comercializar el producto resulta que te va mejor en la agricultura, te va mejor con la forestación, mejor con la lechería, mejor en la carne vacuna y bueno, la gente opta por algo más rentable”.

Si bien existen varias razas en el país que permitirían un avance rápido de la producción ante señales claras del mercado, Bianchi dijo que “si uno ve los indicadores nacionales, la respuesta es que no estamos preparados. Pero yo creo que esos indicadores se pueden mover. Hay un paquete tecnológico disponible para adoptarse y, si se dan señales claras, rápidamente”.

En el caso de la producción de carne ovina, también la lana es una limitante desde el punto de vista de los productores, que en las razas carniceras tienen micronajes altos y eso determina un bajo valor por las mismas, pero además dificultad en la colocación. Al respecto, Bianchi recordó que, con el incremento de la señalada de corderos, rápidamente se cubre esta problemática.

“La esquila anda en US$ 2,0-2,5 por oveja y en el mejor de los casos la vendes a 0,50 centavos, por lo que si tenés cuatro kilos de lana por oveja, a 0,50, prácticamente estás pagando los costos de esquila”, señaló el profesional, quien dijo que al no cubrirse ese costo “la cuenta tiene que ser, corderos extra, es decir ¿cuánto más eficiente tengo que ser en la producción de carne para matar el costo?”.

La respuesta a dicha interrogante, según explicó Bianchi, es cuando “tenés razas que pueden señalar 1,3, 1,4, 1,5 corderos por oveja. Hay una cuenta que es bien sencilla, si estamos con una esquila de US$ 2,5 por oveja, si vos tenés 100 ovejas son US$ 250 para cubrir el costo. Aún con el precio de sótano que tenemos hoy para el kilo de cordero pesado a US$ 2,85, con 6 corderos más que produzcamos por cada 100 ovejas, estamos matando los costos de esquila”.

El profesional reconoció que “esto no es lo ideal”, pero remarcó que muchas veces “la solución está en la estancia. Si vos mejoras los indicadores reproductivos rápidamente estarías matando ese costo”.