“No hay demanda” por carne ovina desde Estados Unidos, dijo de forma tajante un industrial uruguayo, lo que está complicando la venta de corderos desde los compartimentos ovinos.
La menor demanda estadounidense se observa claramente en los volúmenes de exportación. En el primer semestre del año, de acuerdo con datos informados por el INAC, las exportaciones de carne ovina a Estados Unidos suman solo 58 toneladas, 72% menos que lo que había llevado en el mismo período de 2022.
Fuentes del sector dijeron que el principal argumento de la nula demanda estadounidense por la carne ovina uruguaya es la importante oferta desde Australia y, en menor medida, desde Nueva Zelanda.
En realidad, las mayores exportaciones de carne ovina desde los países de Oceanía a Estados Unidos se dan en el caso de la carne de ovinos adultos (mutton), en tanto que la de cordero se redujo de forma significativa. Entre octubre del año pasado y mayo del corriente, las exportaciones australianas de carne de cordero a Estados Unidos bajaron 12% anual y las de Nueva Zelanda 26%.
Pero los pronósticos dan cuenta de niveles récord de producción australiana de carne de cordero (3,5% arriba de su anterior récord, que había sido en 2022), lo que elevará su saldo exportable.
La consecuencia de la nula demanda estadounidense es que la industria frigorífica no ofrece un premio en el precio de los corderos de compartimento, dado que no tiene un sobreprecio en los mercados en los que los vende. Sea Brasil o China, destinos a los que se exporta carne ovina con hueso sin necesidad de compartimento, no se paga un premio por los que provengan de estos.
La producción de carne de cordero de los compartimentos este año, por lo tanto, va a bajar, interrumpiendo la tendencia de crecimiento de los anteriores. En 2022 se habían terminado unos 36.000 corderos en compartimentos, en tanto que, durante 2023, el volumen de animales faenados no alcanza al 10% del año pasado.