Con el mes de junio cerró la zafra lanera 2020/21, la cual fue de menos a más en las lanas finas y fue difícil para las lanas medias a gruesas. Si se observan los negocios informados mes a mes, tanto por los consignatarios laneros como por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) entre julio y setiembre prácticamente no se visualizan referencias en ninguno de los micronajes, luego sobre el cierre del año se comienzan a observar algunos negocios y posteriormente en este 2021 el mercado comienza a agilizarse para las lanas finas, mientras que las lanas medias continúan con dificultades de colocación.

El presidente de la Unión de Consignatarios y Rematadores de Lana del Uruguay (UCRLU), Ricardo Stewart, analizó la última zafra de ventas de la fibra, la demanda de certificaciones y el futuro de las lanas medias.

 

¿Cómo analiza la zafra lanera 2020/21?

Ha sido una zafra más que particular por la dificultad en la comercialización de algunas categorías. Allá por la crisis de los años de 1990 la lana valía poco, pero por lo menos tenía compradores, a su precio. Te diría que desde el año pasado hasta ahora hay categorías que prácticamente no tienen demanda, por lo tanto tampoco precio. Eso de prácticamente no tener demanda por un año para algunas categorías nunca lo había visto.

Por suerte el mercado se fue comportando de manera favorable para algunas finuras, empezando por las lanas finas, para las que empezó a haber una demanda bastante interesante. Si bien no era continua, más bien con movimientos puntuales, hubo interés, sobre todo desde marzo-abril hasta el cierre de esta zafra. Hubo quienes vendieron una, dos y hasta tres zafras a valores que entendemos son buenos.

No son los valores de la zafra 2019/20, te diría similar a 2018/19, pero igual son buenos valores pensando sobre todo que estamos en un mundo convulsionado. La lana no escapa a esa paralización, donde muchas veces el turismo y el mismo diario vivir, hace que la gente consuma lana y esto lo que ha hecho es todo lo contrario. Las restricciones y la no movilidad, en el trabajo por internet, todas esas cosas han hecho que la gente consumiera lo mínimo necesario.

Estamos terminando una zafra convulsionada y arrancando otra que viene con características parecidas. Si bien la situación de la pandemia está un poco mejor, no está controlada al 100%.

 

¿Queda mucha lana?

Sí, queda lana en manos de los productores. Sobre todo de 23 micras para arriba, donde las demandas fueron muy puntuales y en algunos casos con precios que no conformaban a los productores. En aquellos casos en los que la actividad principal es la ganadería y no la lana, han ido aguantando. Después, por falta de demanda, los productores directamente están esperando algún precio que sea algo razonable.

Tengo clientes productores de Corriedale, con dos y tres zafras, a quienes se les ofrecen 2 dólares por lana acondicionada y grifa verde y no los conforma. Ni que hablar que bajar a las 27 y 26 micras ya mejora los precios, pero tampoco en estos casos están conformando el productor.

 

¿Las lanas medias deben acelerar el afinamiento?

La misma Sociedad de Criadores de Corriedale está poniendo mucho énfasis en eso. Hoy te diría que hace 15 años que se viene hablando y pidiendo que se afine el Corriedale, hay productores que han logrado afinar y hoy están sobre las 26 y 25 micras, pero en términos generales no fue la línea de la raza.

¿Por qué? Y porque había demanda, se vendía algún centavo por abajo, pero se vendía y hoy cuando el mercado mostró un problema, vemos que la demanda para arriba de 28 a 29 y 30 micras es nula y ni que hablar para arriba de las 30 micras.

En el caso de las razas carniceras es diferente el tema, en otros países la lana es un subproducto. En Uruguay no se consideraba así, porque tenía un valor y quizás en algún momento vuelva ese valor para alguna aplicación puntual de esas lanas. De todas maneras, quienes están en esa línea ya la están considerando un subproducto donde quizá el valor le dé para pagar la esquila y algo más.