
Alejandro Zambrano, director de Zambrano & Cía., hizo un balance positivo de la zafra de reproductores 2025, destaca la profesionalización de la ganadería uruguaya, advierte sobre el cuello de botella que genera la concentración de remates en octubre y señala la consolidación de la genética como herramienta de mejora. También observa una mayor madurez por parte del productor a la hora de invertir en toros y vientres.
La zafra de toros 2025 se encamina a cerrar como una de las más activas de los últimos años, no solo por la dinámica comercial sino también por la calidad creciente de la oferta genética. En diálogo la Puesta a Punto de Tardáguila Agromercados, el director de Zambrano & Cía., Alejandro Zambrano, analiza los factores que explican el buen desempeño del mercado de reproductores, reflexiona sobre los desafíos estructurales del negocio —como la superposición de fechas— y destaca una mayor apertura por parte de nuevos compradores, tanto para toros como para vientres, en busca de acelerar mejoras en sus rodeos.
¿Qué balance hacés de esta zafra de toros 2025?
Confirmó las buenas expectativas, incluso diría que fue un poco mejor de lo que imaginábamos. Muchas veces los toros no están atados directamente al precio del ganado gordo. Este año se dio una combinación favorable: clima que acompañó, buena calidad de oferta genética, y un productor criador cada vez más consciente del valor de la herramienta genética. Los vientres también tuvieron muy buena respuesta. Eso habla de un mercado que reconoce cada vez más el rol de la mejora genética, tanto desde los toros como desde las madres.
“Las cabañas tienen una gran responsabilidad en ofrecer animales mejoradores”
¿Qué observás respecto a la evolución de la oferta? ¿Se están vendiendo más toros que el año pasado?
Seguramente se venda un poco más, pero no mucho. Puede haber unos 300 toros más en esta zafra en comparación a igual fecha del año pasado. La mayoría de los toros visibles —los que se venden en remates o exposiciones— mantienen una proporción relativamente estable. También hay muchos toros que se comercializan en el campo, pero sin los controles de calidad de los eventos visibles. Las cabañas, por lo general, mantienen la oferta ajustada a su estructura y clientela, independientemente de si un año fue mejor. Y está bien que así sea: hay una responsabilidad en ofrecer animales realmente mejoradores.
“Hay una madurez creciente en la inversión en vientres de calidad”
¿Cómo ves la calidad de lo que se está ofreciendo hoy?
La ganadería ha mejorado muchísimo en los últimos 10 años. Uruguay produce animales de muy buena calidad, en un sistema mayoritariamente pastoril. Y mucho de ese logro se debe al esfuerzo de las cabañas por invertir en genética. Hay gremiales que también están apretando los controles: por ejemplo, ya no se aceptan reproductores H en remates auspiciados, lo que obliga a subir el piso de calidad. Eso es saludable para el negocio. El mercado arbitra: quien no mejora, queda relegado.
"El criador entendió que si pone buena genética, mejora rápido”
Uno de los temas recurrentes es la superposición de fechas. ¿Qué reflexión hacés al respecto?
Es una locura. Uruguay es el único país que concentra el 90% de los remates en 25 días. En Argentina, por ejemplo, la zafra se extiende de julio a noviembre. Acá todo se concentra entre el 27 de septiembre y el 26 de octubre. Noviembre casi no tiene actividad, cuando antes había remates hasta diciembre. Lo he hablado con muchos clientes, pero hay una ansiedad instalada en el cabañero. Todos quieren salir antes. Eso perjudica al sistema: es ineficiente, cuesta comunicar, la inversión en publicidad se diluye. Es muy difícil lograr que el mercado escuche cuando hay cuatro remates iguales el mismo día.
“Concentrar el 90% de los remates en 25 días es una locura”
¿Ves que hay espacio para pensar en una zafra diferenciada para vientres?
Depende del año. Pero hoy la venta de vientres está muy bien. Se están vendiendo animales pariendo o próximas, con buena receptividad. El criador maduró mucho en eso. Sabe que puede mejorar más rápido incorporando vientres de calidad, y está dispuesto a pagar un poco más por eso. Una vaquillona buena puede costar lo mismo que una vaca gorda, y es una inversión lógica si se piensa en el mediano plazo.
“El mercado de toros se mantiene firme y cada vez más profesionalizado”
¿Y qué pasa del lado de la demanda? ¿Se amplía el perfil del comprador?
Sí, sin duda. Se ha ido ampliando el círculo de productores que compran genética. Muchos que habían dejado de ir a remates, hoy vuelven, aunque sea para parte de sus compras. La herramienta está más viva que nunca, y el criador entendió que si pone buena genética, mejora rápido. Los remates auspiciados siguen siendo el lugar donde están los mejores mejoradores del rodeo, y eso el productor lo sabe.
