A pesar de un comienzo muy prometedor para la soja en tierras guaraníes, donde las lluvias permitieron obtener una correcta humedad en el suelo para la implantación del cultivo, la realidad actual es un tanto diferente.
Las precipitaciones que acompañaron el principio del cultivo, no fueron las mismas registradas durante las primeras dos semanas de noviembre y esto ya comenzó a generar perdidas significativas en varias zonas del país.
La intención de cosecha previo al comienzo de la zafra se posicionaba sobre las 9,8 millones de toneladas con la posibilidad de lograr la decena, pero actualmente las proyecciones se sitúan en 7,8 con una alta probabilidad de que disminuyan. Las áreas afectadas con mayor severidad son las sembradas durante la primera quincena de setiembre, con perdidas irrecuperables, pero aquellas que mantienen un grado de esperanza son las sembradas entre la segunda quincena de setiembre y la primera de octubre.
La venta anticipada de la oleaginosa que se estimaba en 30%, con las perdidas actuales se sitúa en un 40% del total.