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En el final de la siembra de invierno, Panorama Agrícola conversó con Alfonso Álvarez, asesor agrícola, sobre el cierre de verano, las perspectivas del invierno y cómo se perfilan los cultivos estivales para la próxima siembra.

¿Cuál es el ambiente entre los productores en la siembra de invierno?

En el área de invierno, se ve el ánimo como desinflado, ya que la intención de siembra inicial era muy superior al año anterior. Aumentó la intención de siembra en el área de cebada, ante los aumentos de precios vinculados al trigo de vencimiento diciembre, en Chicago y, por arrastre, también el área de trigo en Uruguay. Por el lado de la canola, la intención inicial era aumentar la superficie sembrada. Ya entre mediados de junio y julio, el productor se mostraba más cauto. La conclusión, al hablar con los operadores, es que finalmente parecería que el área de invierno no va a aumentar mucho comparado con la superficie de invierno sembrada el año pasado.

 

La siembra de abril y principios de mayor venía bien encaminada en canolas y trigos. Los cultivos sembrados a partir de junio se encuentran complicados. Se ven chacras ralas, con baja densidad de plantas.

La sensación es que terminó de sembrarse el área de intención durante estos últimos días de buen tiempo. Lo que queda pendiente será 5% del área de intención original, algún recorte de siembra, mínimo.

¿Qué estado presentan actualmente los cultivos invernales?

Los sembrados temprano presentan muy buen estado. No es más del 25% del área de intención. Alrededor de la mitad del área se sembró dentro de las fechas en las que llovió y se dieron condiciones de humedad excesiva. Ahí las condiciones varían. El 25% restante se sembró durante la última semana, con condiciones ideales por lo que presentan muy buena emergencia y crecimiento inicial. En la medida que el clima levante y tengamos días de sol, oreando, podría generalizarse el porcentaje de cultivos en buenas condiciones.

¿Cómo ve el semestre por delante para los cultivos de invierno?

Creo que es lo más parecido a un calco del año pasado. El pronóstico da cuenta de una primavera fresca y templada, con buena humedad que permita un llenado de grano adecuado.

En cuanto a área sembrada, en pronóstico climático y en precios estamos casi igual que hace un año. En julio de 2018, el precio estaba alrededor de US$/ton 180 a esta altura.

¿Podría ser un buen año para aprovechar las áreas todavía sin sembrar para pasarse a verano directo?

Estamos evaluando eso, la chance de hacer gramíneas de siembra temprano: maíz de primera, por ejemplo. El año pasado surgió la misma duda y este año volvemos a la misma disyuntiva.

Los maíces con tecnología víptera 3 han demostrando un buen comportamiento frente a lagartas. Para terminar de empujar la decisión, el maíz se encuentra cerca de US$/ton 70 por encima del precio de marzo/abril. Por lo tanto vuelve a estar sobre la mesa como opción de cultivo de verano temprano, incorporado como gramínea en la rotación.

¿Qué negocios de maíz se plantean actualmente?

Actualmente se ve negocios de maíz por encima de los US$/ton 180, incluso llegando a los US$/ton 200. El año pasado, al terminar la cosecha, muchos sacaron por encima de 8 mil kilos por hectárea. El problema fue que, al momento de cruzar ese dato con el precio de US$/ton 130, la cuenta terminó siendo desfavorable.

En base a esto, ¿qué puede esperarse del área de intención de maíz a sembrarse este año?

Si se repite el año, podríamos ver un aumento del área de intención que, acompañado de buena genética, control de lagartas en los maíces víptera 3, ha tenido un resultado excelente el año pasado.

Con esta nueva situación de precios favorable para el maíz, ¿puede competirle en área a la soja?

El maíz no compite por un tema de simplicidad de manejo y colocación de la soja. En maíz no es tan fluido. Es mucho mayor el riesgo y el costo. Si bien no van a competir, el maíz podría llegar aumentar su superficie entre el año pasado y éste de 100 mil a 150 mil hás.