El panel que había conformado el conversatorio que organizó el Instituto Nacional de Carnes (INAC) este lunes en la Expo Prado prometía. Y las expectativas se cumplieron. La mesa estuvo integrada por el presidente del INAC, Gastón Scayola; el delegado de la ARU en la Junta de INAC, Ricardo Reilly; el presidente de la Federación Rural, Rafael Normey; el presidente de Adifu y CEO de Marfrig, Marcelo Secco; y el delegado de la CIF en la Junta de INAC y director de los frigoríficos Pando y San Jacinto, Eduardo Urgal. La moderación estuvo a cargo del periodista de radio Carve, Martín Olaverry.
Uno de los puntos donde hubo consenso entre las partes es en la necesidad que tiene la cadena de “duplicar su producción de carne”, más allá de los avances que se han logrado en los últimos 25 años elevando el nivel de extracción, reduciendo la edad de faena o mejorando los índices de cría y recría. Scayola, por ejemplo, consideró que para salir del magro crecimiento promedio de 1% que tuvo la economía uruguaya durante la última década, parece claro que la cadena cárnica tiene un rol central por sus 400 años de especialidad. “Es ilógico no apuntar las baterías ahí; es nuestra especialidad”, recordó. Añadió que más allá de lo que se está haciendo con el programa Procría desde INAC y el MGAP, también se está negociando con el Ministerio de Economía para habilitar algún tipo de incentivo tributario para mejorar los números de la cría y elevar la producción de terneros porque con 3 millones de terneros “no alcanza”.
En una estrategia por sacudir la modorra de los lunes y “provocar” el debate, Urgal consideró que se debía ser “más crítico” y “no tan autocomplaciente” con la realidad. “Uruguay es un jugador irrelevante. De cada 100 kg de carne vacuna que se venden en el mundo, solo 5 kg provienen de Uruguay. Y en la carne ovina es de 2,5 kg”, recordó. Si bien reconoció que el complejo industrial está atravesando una “buena realidad” por los precios a nivel internacional, “hay contrastes” en la industria con algunas plantas con problemas. “Por eso necesitamos más producción, para que las fábricas puedan ser sustentablemente económicamente”, planteó.
En esa línea, el presidente de la Federación Rural admitió que la ganadería “está disfrutando este momento”, pero advirtió que también en la fase primaria hay “rezagados” que hay que buscar la forma de apuntalar.
“No creo que Uruguay sea irrelevante. El país exporta casi 500 mil toneladas. Es relevante hacia adentro y hacia afuera”, opinó Reilly en una de sus intervenciones.
“Estructural” o “coyuntural”
Sobre cuan “coyuntural” o “estructural” es esta nueva realidad de precios para la carne vacuna, el CEO de Marfrig en Uruguay consideró que hay algunos factores “distintos” a los que se dieron en 2022, que luego terminó con una baja abrupta de los valores. Destacó como algo positivo la “no China dependencia”, al tiempo que habló sobre los problemas de oferta que tienen —y se prevé tengan por algunos años— dos jugadores importantes como Europa o Estados Unidos.
A juicio de Reilly, lo que puede llevar a que la coyuntura que está viviendo Uruguay sea “más estructural” que “coyuntural” tiene que venir por el lado del acceso, porque eso es lo que “da mayor precio”.
El titular del INAC reconoció que duplicar la producción de carne puede provocar una caída del precio medio exportado, pero consideró que eso se compensaría con crecer por el mayor volumen producido para toda la cadena.
Urgal también advirtió por la necesidad de pensar en “nuevas ideas” para volver a “diferenciarnos” de la región porque la brecha con otros jugadores se ha acortado bastante en los últimos años. “Las ventajas con el barrio se van extinguiendo”, indicó. En la misma línea que lo planteado hace algunas semanas atrás por el ministro de Economía, Gabriel Oddone, dijo que Uruguay continuará siendo un “país caro” y que no “quería ser un país barato en dólares” como lo fue hace un par de décadas atrás.
Normey, por su lado, consideró que había que “creérsela un poco más” y recordó que Uruguay es de los pocos países que hoy tienen las condiciones para duplicar su producción de carne. En ese sentido, mencionó las brechas para la ganancia en productividad que todavía tiene la cadena cárnica con ejemplos como el de INIA La Estanzuela con kg/ha 1.000 de carne versus Carpetas Verde del Plan Agropecuario de kg/ha 95. “Los productores uruguayos no son entes. En Uruguay es difícil producir”, aseguró. Allí planteó la necesidad de mirar una agenda de competitividad que incluya aspectos como el atraso cambiario o el acceso a mercados, entre otros temas.