En un contexto de tensiones comerciales con Estados Unidos y ante la necesidad de apoyo para sostener su competitividad, Washington Guarino, presidente de la Unión de Productores y Exportadores de Frutas del Uruguay (UPEFRUY), se reunió el pasado martes con el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Luis Alfredo Fratti y su equipo técnico en la visita a Salto, para abordar la situación actual y las perspectivas de la citricultura nacional.
El encuentro buscó actualizar al jerarca sobre los avances del sector, especialmente en materia de tecnología, renovación varietal y proyecciones de exportación, en momentos en que la aplicación de nuevos aranceles estadounidenses plantea incertidumbres para la campaña que acaba de comenzar.
“Fue una muy buena reunión, de unos 45 minutos, donde abordamos los principales desafíos del sector y pusimos al ministro al tanto de lo que se viene haciendo, en especial en cuanto a tecnología aplicada y el trabajo de nuestra gente”, expresó Guarino. La conversación incluyó temas clave como la renovación varietal, la planificación de propagación de nuevas especies y el apoyo necesario para concretar esas transformaciones, que implican “una gran inversión”, subrayó.
Aranceles en EEUU
Uno de los principales focos de preocupación es el impacto del nuevo arancel general del 10% impuesto por Estados Unidos a las importaciones de cítricos. Uruguay, que ya enfrentaba un arancel del 1,8%, verá ese tributo incrementarse al 11,8%, mientras que su competidor directo, Chile, pasará de 0% al 10%.
Aunque Guarino considera que la situación es manejable por ahora, advirtió que “todo esto está en plena negociación, y se estableció una especie de impasse de 90 días”, lo que da un respiro momentáneo, pero mantiene la incertidumbre. “Incluso los clientes en Estados Unidos están cautelosos. Los supermercados todavía no han cerrado negocios con nuestros mayoristas”, agregó.
Sin embargo, también se abren ventanas de oportunidad. Sudáfrica, otro actor relevante en el mercado citrícola internacional, enfrenta aranceles cercanos al 30%, lo que podría otorgar ventaja competitiva a Uruguay si logra consolidarse como proveedor confiable. “Uno trata de ver el lado positivo: ‘río revuelto, ganancia de pescadores’”, afirmó Guarino.
Negociación bilateral de Argentina
La posibilidad de que Argentina logre acuerdos bilaterales con Estados Unidos para exportar sin aranceles es otro elemento en juego. Aunque podría generar presión sobre Uruguay de conseguir condiciones similares, Guarino sostiene que un esquema de trabajo conjunto con el país vecino no necesariamente sería negativo.
“Uruguay, por sí solo, es muy chico para presionar a las navieras. Si trabajamos desde ambas costas, podríamos completar bodegas y mejorar condiciones logísticas”, explicó. Eso sí, aclaró que la calidad sanitaria y los estándares de ingreso a los mercados deben ser rigurosamente respetados para no poner en riesgo la reputación del país.
Costos internos
Durante la reunión también se plantearon los altos costos internos, especialmente los energéticos. “En Argentina, un packing similar paga la mitad de lo que se paga acá. Eso incide muchísimo en la estructura de costos”, señaló.
Guarino mencionó que antes existía una rebaja del 15 % por parte de UTE que se aplicaba al sector de packing, pero que fue eliminada hace dos años. “Vamos a plantearlo nuevamente después de Turismo”, adelantó.
Empleo
En cuanto al empleo, el impacto del sector es considerable. “Este año vamos a llegar a unas 1.300 personas. De forma estable tenemos 550, y el resto se incorpora en zafra”, dijo Guarino.
Con la expectativa de aumentar las exportaciones a Estados Unidos de 40.000 a casi 100.000 toneladas en los próximos años, la demanda de mano de obra continuará creciendo. Aunque los procesos están cada vez más automatizados, “sigue habiendo tareas manuales: embalar, etiquetar, preparar las cajas… y eso requiere gente”.