La falta de precipitaciones ocurridas desde el inicio de verano, pueden agravar el posible riesgo de persistencia de herbicidas en el suelo con potencial daño para las próximas siembras.

En la actualidad, el uso de herbicidas con actividad persistente en el suelo es una práctica común. En determinadas condiciones, la persistencia de herbicidas en suelo puede determinar daño a especies que sean sembradas posteriormente al cultivo que recibió la aplicación (efecto comúnmente definido como Carryover). Este problema, se da especialmente en años con regímenes extremos de temperaturas o precipitaciones, como el actual.

Desde INIA, deseamos informar que no existe una forma confiable y precisa de predecir el nivel de daño que pueda sufrir una especie susceptible a un herbicida aplicado al suelo sobre estas condiciones.

La complejidad de la predicción se debe a que el riesgo de sufrir daño depende de:

  1. El grado de susceptibilidad de la especie al herbicida en cuestión.
  2. La dosis de herbicida.
  3. El tiempo trascurrido desde la aplicación.
  4. Régimen hídrico y térmico desde la aplicación.
  5. Crecimiento vegetal en la chacra a partir de la aplicación.
  6. Tasa de degradación o movimiento del herbicida, la cual a su vez es afectada por características del suelo como:
    1. la textura
    2. el pH
    3. el contenido de materia orgánica

Ante la incertidumbre del nivel de herbicida que puede haber en suelo y el nivel de daño que este puede ocasionar en el cultivo a sembrar, una herramienta practica y útil pueden ser los "bioensayos". Este tipo de herramienta puede usarse como indicador de si aún hay suficiente herbicida en el suelo como para dañar al cultivo susceptible. Por más información sobre esta recomendación ingrese a este link.