El balance de la semana dejó subas generales para los precios de los granos en el mercado estadounidense, con mejoras en torno del 1% para los cereales en Chicago por una menor oferta temprana de maíz en Sudamérica y por mayores exportaciones de trigo desde Estados Unidos. Para ambos granos aportó a la tónica alcista la tensión creciente en la zona del Mar Negro. Para la soja las subas fueron muy ligeras, entre las demoras de la cosecha brasileñas y las lluvias en la Argentina.
Luego de tres de cinco ruedas bajistas, el balance semanal dejó ligeras subas para los precios de la soja en Chicago, donde las posiciones marzo y mayo sumaron 0,20% y 0,18%, al pasar de US$ 553,54 a US$ 554,65 y de US$ 551,80 a US$ 552,81 por tonelada.
Acerca de los cultivos, en su informe semanal la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), que estima la producción argentina de soja en 41 millones de toneladas, relevó el jueves un avance de la siembra sobre el 98,8% de los 16,2 millones de hectáreas y elevó del 40% al 46% la proporción de plantas en estado excelente/normal, contra el 78% de igual momento de 2022. Acerca de la condición hídrica de los suelos, calificó el 37% óptima/adecuada, frente al 30% del reporte anterior y al 64% del año pasado para la misma fecha.
Por su lado, si bien el inicio de las labores se instaló como un hecho de presión bajista, el lunes la Conab de Brasil ya comenzaba a marcar las demoras al relevar el progreso de la recolección de soja brasileña sobre el 2% del área apta, frente al 0,6% de la semana anterior y al 5,5% de igual momento de 2022. Y el viernes, luego del cierre del mercado y de que los operadores ya especularan con el lento andar de las máquinas, el Instituto Mato-Grossense de Economía Agropecuaria confirmó esos atrasos al reportar el avance de las labores en Mato Grosso –además de ser el principal Estado productor es el que primero arranca con la cosecha– sobre el 13,61% de la superficie apta, contra el 31,82% del año pasado para la misma fecha y del 20,23% promedio de los cinco años precedentes. La razón del atraso es el exceso de humedad, por lluvias persistentes durante buena parte de la semana. Más allá que de momento no está en riesgo la obtención de una producción récord, mayor a los 150 millones de toneladas, el mercado seguirá muy pendiente de lo que suceda con el clima en las zonas donde la soja ya está lista para ser recolectada, tanto por eventuales pérdidas –cantidad/calidad– como por las demoras que podrían generarse en la logística de embarques.
Desde la asunción del nuevo gobierno de Brasil el real evidencia una importante volatilidad, con semanas de devaluación, seguidas por semanas de apreciación. En la medida que la moneda brasileña se aprecia no sólo pierden competitividad las exportaciones del primer proveedor mundial de soja, sino que desaparece el estímulo vendedor para los productores. Ambos factores resultan alentadores para los exportadores estadounidenses o al menos así lo interpreta el mercado.
Po su lado, en su informe sobre las exportaciones de Estados Unidos, en esta ocasión para el segmento del 13 al 19 de enero, el USDA relevó el jueves ventas de soja por 1.145.700 toneladas, por encima de las 986.200 toneladas del reporte anterior y cerca del máximo previsto por los privados, de entre 600.000 y 1.200.000 toneladas. China fue el principal comprador, con 940.300 toneladas, incluidas 386.000 toneladas nominadas inicialmente a destinos desconocidos.
El maíz cerró con saldo positivo para sus precios por tercera semana consecutiva en Chicago, donde los contratos marzo y mayo sumaron 1% y 0,81%, luego de pasar de US$ 266,23 a 268,88 y de US$ 265,54 a 267,70 por tonelada.
Lo mismo ocurrió con el trigo en el mercado estadounidense. En efecto, las posiciones marzo y mayo del cereal en Chicago subieron 1,15% y 1,30%, al pasar de US$ 272,45 a 275,58 y de US$ 275,21 a 278,79 por tonelada. Fuente: Granar Research