La soja terminó en baja la rueda de Chicago, presionada por la fuerte caída del valor del aceite de soja (el contrato diciembre perdió US$ 42,11 y cerró con un ajuste de US$ 1.019,18 por tonelada), en medio de una toma de ganancias de los inversores, luego de que la posición antes citada de ese subproducto de la soja acumulara una suba del 16,62% durante las tres semanas precedentes.

La posición marzo 2025 de la soja bajó US$ 4,7 en Chicago y cerró en US$/t 376.

El origen de la caída –como anteriormente fue de las subas– estuvo en la Bolsa de Malasia, donde el contrato enero del aceite de palma cayó ayer un 3,18%, hasta los 1.134,64 dólares por tonelada, la mayor caída diaria desde el 5 de agosto. "Los precios ya subieron demasiado, es normal que bajen. Somos muy caros en comparación con otros aceites comestibles", dijo a Reuters un comerciante de Kuala Lumpur. Una retracción de las exportaciones de aceite de palma de Malasia en lo que va de noviembre alentó la toma de ganancias que provocó la caída de sus precios.

Otro factor que contribuyó con el descenso del valor del aceite de soja fue la decisión del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de poner al frente de la Agencia de Protección Ambiental al excongresista por Nueva York Lee Zeldin, contrario a las iniciativas de lucha contra el cambio climático. Según Trump, Lee "garantizará decisiones desreguladoras justas y rápidas que se promulgarán de forma tal que liberen el poder de las empresas estadounidenses". En tanto que el personaje en cuestión le agradeció al magnate y afirmó que "desde el primer día y en los primeros 100 días, tenemos la oportunidad de hacer retroceder las regulaciones que están haciendo pasarlo mal a las empresas”. Estas palabras, y el historial reciente de Trump en el poder, muchos más proclive al lobby petrolero que al de los biocombustibles, les permiten especular a los operadores con un "florecimiento" de las exenciones para las empresas refinadoras de petróleo que procurarán evadir los mandatos de corte obligatorios del combustible fósil, lo que derivaría en una menor demanda de biodiésel y de etanol, es decir, de soja y de maíz.

La presión bajista incluyó también las buenas condiciones ambientales para el avance de la siembra y para el desarrollo inicial de los cultivos en Sudamérica, con lluvias regulares desde el arranque de la segunda quincena de octubre, que en Brasil les permitieron a los productores revertir las demoras iniciales de las labores de campo. En ese sentido, en su informe semanal la Conab relevó este lunes el avance de la siembra de soja de Brasil sobre el 66,1% de los 47,33 millones de hectáreas previstos, contra el 53,3% del reporte anterior y adelantado frente al 57,3% de igual momento de 2023.

Como dato relevante del trabajo oficial, los 12 Estados incluidos en el trabajo oficial registran progresos de las labores mayores a los niveles vigentes un año atrás. Vale recordar que el ciclo de siembras 2024/2025 comenzó con atrasos por el déficit de humedad dejado por un invierno seco, condición que recién comenzó a cambiar desde el arranque de la segunda quincena de octubre. Fuente: Granar Research