En pleno auge del mercado maderero a nivel mundial, las industrias tienden a reclamar medidas proteccionistas previendo el desabastecimiento de la materia prima. Nueva Zelanda, que exportó más de 2.000 M de US$ en rollizos hacia China en 2020, parece estar enfrentando este problema.

En mayo los precios en puertos chinos de los rollizos grado A neozelandeses volvieron a subir llegando, en algunos casos, a US$/m3 200. Si bien el mercado neozelandés de madera no se encuentra limitado en el corto plazo, ya que las condiciones para cosechar son buenas, la industria empezó a poner presión sobre este flujo comercial.

La demanda de China parece estable y algunos analistas pronostican presión alcista. El mercado de madera se encuentra distorsionado ya que, a pesar de un stock actual de Softwood en los puertos de 4 M3 —dentro de los parametros de la normalidad— la industria está empezando a stockearse e incluso algunos industriales están enfrentando escasez de materia prima.

La tensión entre la industria, el Gobierno y los propietarios de los bosques ha crecido últimamente. Para agregar más roce a esta situación, Rusia reafirmó su postura de prohibir la exportación de rollizos, lo cual generará una mayor demanda china y, teniendo en cuenta el TLC entre China y Nueva Zelanda, es probable que parte de esta demanda aumentada sea captada por el país kiwi. Los industriales reclaman medidas proteccionistas en un mercado maderero internacional que se ha vuelto sumamente competitivo y donde la materia prima no abunda.