Desde Colonia, Alemania
La presencia argentina en Anuga 2025 marcó un punto de inflexión para la cadena cárnica del país. Con precios internacionales en niveles históricos y la eliminación temporal de las retenciones a la exportación, el sector llegó a la feria de Anuga en Colonia con un clima de entusiasmo y optimismo moderado. “Hay mucha demanda y un gran entusiasmo por parte de los exportadores. Europa necesita carne, y eso se nota”, resumió Fausto Brighenti, representante de la Asociación de Productores Exportadores de Argentina (APEA) e integrante de la trader Ideal.
Según el empresario, el interés europeo alcanza incluso a cortes que tradicionalmente no formaban parte de las ventas hacia ese destino. “Hay cortes o integraciones que antes no se colocaban en Europa y hoy son importantes para la rentabilidad de la integración argentina”, explicó. En ese contexto, destacó que los precios actuales de las cuotas Hilton y 481 son los más altos en años, lo que refuerza el atractivo del mercado europeo.
El dirigente también subrayó la importancia de la competencia australiana, que atraviesa un momento de exportaciones récord y sirve como referencia para Argentina. “Australia empuja la carne de calidad, y siempre observamos qué hace: los cortes que ofrece, el packaging, la presentación. Nosotros estamos comenzando a incorporar valor agregado con carne envasada, no solo por la calidad del animal sino también por el proceso industrial”, señaló.
Brighenti celebró además que la Unión Europea haya decidido postergar por un año más la aplicación plena de la normativa contra la deforestación, lo que otorga margen adicional para que la industria argentina se prepare. “Nos da aire y tiempo para adaptarnos a los nuevos requerimientos ambientales”, apuntó.
En cuanto a la coyuntura interna, consideró que el panorama es favorable en comparación con un año atrás. “Estamos en una situación buena, con precios internacionales muy buenos y con China, que representa al menos el 60% de cualquier integración, con precios también firmes”, dijo. Sin embargo, advirtió que la competitividad estructural sigue siendo un problema: “Tenemos una carga fiscal altísima, falta de infraestructura, rutas malas, puertos deficientes y tasas de interés por encima del 50%. Todo eso atenta contra la producción.”
Pese a esas dificultades, Brighenti aseguró que los buenos precios internacionales ayudan a sostener la confianza y la inversión del productor. “En términos relativos, este es probablemente el mejor momento del siglo XXI para la producción argentina. El ánimo del productor para invertir está. Lo que necesitamos es estabilidad y continuidad: 30 años de libertad para exportar, sin cupos, sin retenciones, sin cortes prohibidos”, sostuvo.
Respecto a la posibilidad de un mayor acceso de la carne argentina al mercado estadounidense, señaló que se trata de un tema que genera expectativa, aunque sin certezas. “Se habló mucho, pero ahora bajó un poco la espuma. Ojalá se anuncie pronto. Si se concreta, junto con la apertura del protocolo de menudencias a China, serían dos grandes impulsos para la competitividad argentina”, afirmó.
Para Brighenti, el desafío central de la cadena pasa por aumentar la producción y la productividad. “Argentina necesita más mercados y más pasto. Tenemos que producir más carne por unidad física, aumentar el peso medio de faena y hacer más recrías. El productor tiene los incentivos, pero falta infraestructura y previsibilidad para transformar eso en crecimiento sostenido.”
Desde APEA, la apuesta es acompañar ese proceso con organización y conocimiento. “Promovemos que los grupos de productores se involucren más en toda la cadena: cómo se faena, cómo se exporta, cómo se vende. Hay un desarrollo integral que requiere aprender a competir en los mercados de calidad”, explicó.
Brighenti destacó el trabajo del grupo Carne Sudamericana, conformado en 2024 por productores asociados para abastecer a Europa, Estados Unidos y China. “Estamos difundiendo nuestra metodología, mostrando cómo faenamos, cómo exportamos y garantizamos trazabilidad. Hoy el consumidor quiere escanear un QR y saber dónde pastó ese animal, bajo qué condiciones vivió y con qué prácticas se produjo”, señaló.
En ese sentido, afirmó que la sustentabilidad, el respeto ambiental y la libre deforestación son ejes ineludibles del nuevo modelo exportador. “Toda Argentina, coordinada por el IPCVA, trabaja para demostrar que producimos de manera responsable. El mundo exige carne trazable, sustentable y transparente, y ese es el camino que estamos transitando.”