En su reunión semestral con periodistas económicos, las autoridades y técnicos del Banco Central del Uruguay (BCU) explicaron este miércoles por qué se tomó la decisión de mantener la tasa de interés en 8,5%, pese a la decisión que había tomado la Fed de reducir su tasa en setiembre y a que la inflación se ha mantenido dentro del rango meta (3%-6%) por 16 meses consecutivos.

Los técnicos indicaron que en condiciones normales y dado el anclaje de las expectativas de inflación al horizonte de política de 24 meses, el escenario más factible “podría” haber sido una baja de la tasa de interés. Esto para desestimular un potencial riesgo de carry trade (ingreso de capitales especulativos) Uruguay, dado el aumento del diferencial de tasas con EEUU, algo que suele provocar un descenso del tipo de cambio (baja del dólar).

Sin embargo, los jerarcas del BCU indicaron que no se tomó esa decisión de bajar la tasa —como hoy lo están haciendo otros bancos centrales— por el “cisne negro” del plebiscito de la seguridad social. Este factor provocó un “shock cambiario” que llevó a un aumento nominal del dólar de 3% en setiembre (llegó a cotizar por arriba de $ 42) por la salida de fondos del exterior de bonos uruguayos en pesos. Se estima que en las últimas semanas entre US$ 400-600 millones fue el monto que esos inversores vendieron en papeles de deuda local, que fueron comprados por las AFAP. También ese “cisne negro” llevó que se registrara un cierto aumento en las expectativas de inflación de los agentes económicos para los próximos 24 meses por arriba del objetivo de 4,5% (centro del rango) que tiene las autoridades.

En el BCU consideran que el plebiscito “no se puede soslayar” en el mapa de riesgos de la economía uruguaya, aunque se considera que existe una “probabilidad baja” de que pueda aprobarse.

La próxima reunión del Copom está prevista para el 14 de noviembre. Allí el escenario más probable (con un resultado negativo para el plebiscito) es que el BCU finalmente baje la tasa de interés desde su actual nivel de 8,5%. Una semana antes se reunirá la Fed, donde es probable que pueda darse un nuevo recorte de tasas en EEUU.

Por otro lado, los técnicos del BCU corrigieron al alza las proyecciones de crecimiento para la economía uruguaya a 3,5%, en un escenario donde la inversión privada se mostraría “más dinámica” tanto en 2025 como en 2026, ya que es habitual que durante un año electoral se produzca cierto freno.

Por otro lado, según los técnicos del BCU, se produjo una reducción en la brecha entre el Tipo de Cambio Real (TCRe) y el Tipo de Cambio Real de fundamentos (TCRf) de 3 puntos porcentuales durante el último trimestre. Según la metodología, esa brecha se ubica hoy entre 3% y 12,8%. Este miércoles el dólar mayorista en Uruguay volvió a cerrar al alza (+0,6% en promedio), con la última operación a $ 41,70.

Finalmente, las actuales autoridades consideran que dada la confianza y credibilidad que ha alcanzado el BCU, es perfectamente viable fijarse un nuevo objetivo de inflación de 3% en lugar del 4,5% actual duranta la próxima administración, ya que el esfuerzo que tendría que hacer la política monetaria sería bastante menor que el que se hizo para bajarla de 8% a 5% durante el presente quinquenio.