“Soy hincha de los segundos semestres”, dijo Fernando Indarte, de Indarte y Cía, en la edición de mayo de la revista Negocios Rurales. En aquel entonces se transitaba por una situación extremadamente compleja, con el mundo virtualmente paralizado y los precios de la amplia mayoría de los productos que comercializa Uruguay en franca caída, caso de la carne, la leche o la lana.
La forma en que están transcurriendo los primeros días del segundo semestre de 2020 parecen darle la razón al vaticinio de Indarte. Queda mucho camino por recorrer y no hay nada resuelto aún. El Covid-19 ha demostrado ser capaz de echar por tierra toda señal de mejora que se había dado con anterioridad. Pero desde varios ángulos se observan datos positivos y, una vez más, estos llegan desde el otro lado del mundo, concretamente desde China, principal importador mundial de casi todos los productos que Uruguay exporta.
A nivel global, los principales índices accionarios de China han evolucionado fuertemente al alza en las últimas semanas, superando con creces los niveles de 2019 y, ni que hablar, los pisos del primer trimestre de este año, cuando el pináculo de la crisis del Covid-19. Desde entonces, como se observa en la gráfica de Financial Times, la suba ha sido de más de 30%.
El yuan, la moneda china, también refleja las mejores señales. Respecto al dólar, la moneda china perforó los 7 yuanes por dólar, nivel al que no llegaba desde marzo. La valorización de la moneda china abarata los precios de los productos importados en su mercado.
Las proyecciones son que las medidas de estímulo fiscal y el aumento en los gastos de infraestructura determinados por el gobierno chino sigan mejorando la actividad económica en los próximos meses. Por lo tanto, las expectativas —si el Covid-19 lo permite— son que la segunda economía del mundo evolucione de buena forma en este semestre.
Eso se está reflejando en varios de los principales rubros agropecuarios. En el caso de la carne, el viento cambió en las dos últimas semanas. “Ahora sí se nota una mejora del mercado”, aseguró un trader regional a la publicación Faxcarne. Los importadores observan, por un lado, las señales de mejora de la demanda y, por otro, la posibilidad de que se sigan acumulando cierres de las habilitaciones de plantas por contagios de Covid-19 dentro de las mismas. Esto ha sucedido con plantas de Brasil y Argentina, además de otros proveedores, no solo de carne vacuna sino también de cerdo y pollo. Además, los importadores observan con preocupación las tensiones políticas con Australia, lo que podría restringir la oferta desde este proveedor el cual —además— desde fines de junio debe pagar el “full levy” del arancel, de 12%, al completar el cupo anual acordado en el TLC entre ambos países.
También mejoran los precios de importación de la Unión Europea. La tradicional cuota Hilton, dentro de la cual se comercializan los cortes de mayor valor, alcanzó esta semana los mismos precios que regían en el mercado en la primera quincena de marzo, previo a la crisis de la pandemia.
En base a esta mejora de la demanda, los operadores observan un mayor interés por parte de los compradores de los frigoríficos. “Se nota que hay un ánimo un poco mejor”, resumió un consignatario consultado por Faxcarne esta semana.
La mejora abarca otros rubros. Sorprendió a todos el salto en el precio medio de la leche en polvo entera en la subasta de la plataforma de Fonterra esta semana. Subió 14% para ubicarse en el entorno de los US$/t 3.200. Con toda seguridad, este impulso también llegó desde China.
En el caso de la lana, los precios han sufrido fuertes bajas en el semestre, pero ingresaron al receso de invierno con tono alcista. En Australia, el Indicador de Mercado del Este cerró esta semana a US$ 7,87 el kilo base limpia, 20 centavos por encima del piso del primer día de operativa de la recién iniciada zafra 2020/21. Si se consolidan las mejoras de China, los precios deberían subir cuando se reanude la actividad.
Si se observan las referencias agrícolas también se han dado mejoras. El precio de la soja en el mercado interno llegó a los US$ 330 por tonelada, nivel que no se alcanzaba desde marzo.
Las referencias a marzo no son casuales. Fue cuando el desmoronamiento de la demanda mundial por el Covid-19. Que se hayan recuperado esas referencias es sumamente alentador. El futuro dirá qué será lo que vaya a pasar. Este año las sorpresas negativas están a la orden del día. Pero el segundo semestre asoma con buen tono. Esperemos se sostenga.