Por concepto de ventas finales, la ganadería facturó unos US$ 2.524 millones en 2024, algo más de US$ 120 millones (5% de aumento) respecto al año anterior, aunque por debajo de los registros máximos de 2021 y 2022, cuando se arrimó a los US$ 3.000 millones.
A pesar de la menor cantidad de animales faenados, el mayor peso medio de faena y el aumento en el valor medio hizo que en las ventas a frigorífico se diera un crecimiento de 3% en la facturación a US$ 2.226 millones.
Eso se complementa con un robusto salto de la exportación en pie. Aumentó el número de animales embarcados (347 mil cabezas, la segunda cantidad más alta de la historia) y el valor medio de venta de esos animales, por lo que la facturación de la exportación en pie creció 22% anual a casi US$ 300 millones.
La extracción de vacunos fue casi idéntica a la de 2023, con 2,6 millones de cabezas, ya que el crecimiento de la exportación en pie compensó la moderada caída del envío de vacunos a faena. Claro que, expresados en kilos, hay una baja, dado que los animales embarcados vivos al exterior son más livianos que los enviados a faena.
En términos de pesos constantes, el crecimiento de la facturación de la ganadería aumentó 3%, dado que en promedio el dólar (a pesar de la significativa recuperación en el último trimestre del año) aumentó solo 4%, algo por debajo del 5,5% de la inflación.