En entrevista con Tardáguila Agromercados, Adolfo Bortagaray, principal de Veterinaria Bortagaray, analizó el año 2023, el impacto de la seca y las perspectivas para 2024.

¿Cómo analiza un año que comenzó con una sequía extrema y finalizó con un exceso de precipitaciones en algunos lugares?

Sin duda fue un año muy complejo para el sector agropecuario, con muchos desafíos para la producción tanto agrícola como ganadera y con situaciones muy complejas de resolver. El productor debió aumentar el costo de producción para afrontar la sequía y luego los ganados tuvieron una baja considerable en los valores, lo cual no logró compensar las inversiones realizadas.

 

¿Desde la empresa, cómo evalúan el año 2023?

En particular, para nosotros fue un año desafiante. Normalmente se piensa que las plantas de ración hacen su zafra en las sequías, pero al menos para nosotros, como empresa, cuando son tan extremas, no son situaciones deseables.

La demanda aumenta en forma desproporcionada y eso lleva a que las plantas incurran en sobrecostos de producción que no siempre se pueden trasladar. A eso se suma que, si la suplementación no se hace como un negocio sino simplemente como salvavidas animal, tiene un impacto negativo en el mediano plazo, que limita las posibilidades futuras de inversión, y también las de financiamiento.

 

Mirando hacia adelante; ¿cuáles son las expectativas para 2024?

Es un año que ya pinta muy distinto a lo que fue 2023, y las expectativas son esas, que sea un año más tranquilo, que se mueva más bien dentro de la media y que esto dé aire al sector para acomodar lo que fue el golpe provocado por la sequía en el verano pasado.

 

¿Cuáles cree que son los principales desafíos que enfrentará el campo este año?

En este último tiempo las energías estuvieron totalmente avocadas a luchar contra los efectos negativos que dejaron los primeros dos trimestres de 2023 y nos hemos olvidado de plantear con la suficiente fuerza el impacto altamente negativo que genera el atraso cambiario sobre las empresas del sector.

El encarecimiento en dólares en los últimos dos años ha sido de un 40% en muchos de los costos que tenemos en pesos y esto es un factor determinante para el éxito de las empresas, la obtención de buenos resultados y el derrame que eso conlleva.