Desde Shanghái
El ministro de Ganadería Fernando Mattos había estado reunido en Alemania, durante la feria de Anuga, con los principales jerarcas de Minerva y con sus socios saudíes del grupo Salic, quienes le habían manifestado la intención de realizar inversiones adicionales trascendentes en otros rubros, caso de la lechería y la producción de alfalfa. Consultado respecto a si el rechazo de Defensa de la Competencia a la compra de las tres plantas frigoríficas de Marfrig por parte de Minerva echaba por tierra esas posibilidades, Mattos dijo que aquella exposición tenía el cometido de “vestir un poco más el proyecto Uruguay”, pero que “no escuchó nada más respecto a la posibilidad de la concreción de esos proyectos, que se habían manifestado en octubre del año pasado”.
Respecto a la decisión de Defensa de la Competencia, Mattos dijo que “fortalece a Uruguay”, ya que “las reglas claras, que se cumpla la legislación vigente, y que sin ninguna presión Defensa de la Competencia haya rechazado el negocio —más allá de la apelación que podrán hacer las empresas— habla bien de Uruguay, porque no es nada en contra de Marfrig ni de Minerva, empresas prestigiosas que han invertido en Uruguay y que queremos que continúen. Lo que no fue técnicamente aceptado es que una planta pasara a tener una prevalencia que pudiera afectar la transparencia en la formación de un precio de un mercado relevante como es la carne vacuna”.
Respecto a las plantas de capitales chinos Lorsinal y Rosario, que siguen cerradas, el ministro Mattos reiteró que sigue “preocupado” por este tema. “Los nuevos socios capitalistas no tienen noción de la gravedad del tema”, afirmó, y agregó que se estaría reuniendo en las horas siguientes con ellos. “Queremos transmitirles la preocupación del gobierno en el sentido de que no nos parece que las medidas que han tomado para resolver los adeudos hayan sido serias. Esto requiere una capitalización, que tengan un plan de negocios. Nos dicen que quieren retomar la actividad, pero antes de eso tiene que haber un plan de negocios y tienen que liquidar las deudas, porque no es razonable que pretendan reactivar una industria que implica comprar ganado, cuando le deben a los ganaderos y a los consignatarios una cifra importante de dinero”, recordó el ministro.
Además, cuanto más tiempo pase, más difícil se hace que estas empresas retomen la actividad, porque van perdiendo sus antecedentes de exportaciones. “Queremos transmitirles que tienen que capitalizar con un monto importante que, en realidad, no tiene una proporción con el valor patrimonial de dos industrias que corren el riesgo de perderlas si no toman acción rápidamente”, alertó.