Por Yonnatan Santos, enviado a Kiyú, San José

“El efecto invernadero es real y natural, y es lo que permite que haya vida en el planeta Tierra” comenzó diciendo Walter Baethgen, vicepresidente de INIA, en el marco de “Genética para una ganadería sustentable” de la Sociedad de Criadores de Hereford y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria.

En esa presentación, que buscaba abordar la temática “metano, ganadería y cambio climático” sostuvo también que en los últimos 150 años se han emitido una gran cantidad de gases de efecto invernadero.

El problema de que el 73% de las emisiones vienen del sector energético “y lo tenemos que tener presente”, mientras que el sector agropecuario representa a nivel mundial un 12%.

Los gases mas importantes son el CO2, el metano y el óxido nitroso. El problema es que el Dióxido de Carbono permanece mil años en la atmósfera y mencionó como ejemplo que hoy estamos siendo afectados por el CO2 emitido en la Revolución Industrial hace 300 años. El metano por su parte emite más calor, afecta más pero permanece de 10 a 15 años, mientras que el Óxido Nitroso absorbe más calor y queda 100 años en la atmósfera.

Si aumentan las emisiones, las temperaturas globales también aumentan, si se mantienen constantes no aumenta la temperatura del planeta, mientras que si bajan se enfría. Por lo tanto, la forma más rápida de bajar las temperaturas del planeta es disminuyendo las emisiones de metano, explicó Baehtgen.

Con este escenario, se debe reducir, según el especialista, un 45% de las emisiones antes de 2030, con tecnología que ya está disponible, e incluso con oportunidades de medidas para aplicar en la ganadería (con la dieta y genética), pero también en el arroz.

Por último planteó la pregunta de ¿a qué equilibrio queremos llegar? Respondió que al de hace 12 0 14 mi años atrás.