Los precios de la reposición corrigieron fuertemente a la baja hasta alcanzar las menores referencias en por lo menos dos años, desde el segundo semestre de 2018. Son varios los factores que pesan en esta tendencia, entre ellos los dos de más incidencia sobre el precio de la reposición: el valor del gordo y las condiciones forrajeras.

Al igual que para el gordo, el mercado está sumamente pesado, lo cual quedó demostrado en el remate de esta semana de Plazarural. Se vendió solo 61% de la oferta de terneros y de novillitos de 1-2 años, las categorías de invernada más numerosas de la subasta.

Los terneros promediaron US$ 1,84 el kilo, un descenso de US$ 16 cents (8%) respecto al remate anterior. Ciertamente que muchos de los animales de esta categoría ya están cumpliendo el año y hubo ofertas de terneros de más de 300 kilos, lo cual influye en el precio por kilo. Pero de todas maneras la caída es estrepitosa. En febrero los terneros en Plazarural habían promediado US$ 2,67, por lo que la baja en 9 meses fue de 31%.

El impacto del fuerte descenso del precio del gordo es claro. La demanda de la industria es débil en momentos de importante crecimiento de la oferta y los precios del novillo quiebran la barrera psicológica de los US$ 3 por kilo carcasa, algo que no sucedía desde fines de 2017.

Las condiciones de déficit hídrico también están jugando. Es claro que hay regiones del país donde se precisa hacer campo y eso llevó a muchos productores a tomar la decisión de vender, especialmente teniendo en cuenta que se advierte sobre la posibilidad de año Niña, con mayores probabilidades de lluvias por debajo de lo normal en el verano.

Las zonas más complicadas son el litoral norte, desde Río Negro hasta Artigas, así como algunas regiones de Rocha y Maldonado.

En los mapas del Instituto de Meteorología (Inumet) se observa el Índice de Bienestar Hídrico (IBH) de los últimos 10 días de octubre y en el siguiente el de los primeros 10 días de noviembre. El cambio es abrupto y preocupante. Hace mucho que no llueve en la mayor parte del país, más allá de algunas lluvias que llegaron a ser abundantes esta semana en el Este. En 10 días Uruguay se tiñó de rojo. Los pronósticos indican la probabilidad de algunas precipitaciones en el oeste del país el sábado a la noche. Es fundamental que se concreten y que sean de algunas decenas de milímetros.

Pero hay otros factores que juegan. La exportación en pie, aunque no ha dejado de comprar, lo hace sin presionar al mercado, acumulando lotes para algún barco que, por el momento, no tiene fecha. La demanda por terneros para la exportación es muy inferior a la de años anteriores.

Lo numeroso de las categorías nuevas también juega a favor de la demanda. Lo ambicionados 3 millones de terneros deberán tener una salida fluida que, con las actuales condiciones endebles en el mundo, como consecuencia de la pandemia, no se ve tan clara.

En síntesis, le cambió el viento al mercado de la reposición y se ingresó en una nueva etapa. Si el verano, como se dice, es de sequía, los precios seguirán cayendo.