Una de las variables que más incertidumbre genera en un negocio como el ganadero es la volatilidad de los precios. Esta llegó a ser muy alta en 2022, se moderó en 2023 y volvió a bajar en 2024, dando mayores certezas al momento de proyectar nuevas inversiones.  

Desde este punto de vista en la agricultura las cosas son más fáciles, porque con la posibilidad de operar en el mercado a futuro, se reducen los riesgos de precios. En la ganadería, los esfuerzos que hubo para implementar un mercado de futuros no fructificaron, al menos por el momento.

 

La volatilidad del precio, en especial en el caso de la ganadería pastoril, tiene un impacto relevante al momento de cerrar los números. En la terminación a corral también, pero fundamentalmente por el lado del precio de compra de la reposición, ya que hay más posibilidades de cerrar precios de venta 2-3 meses hacia adelante, al menos un rango que disminuya los riesgos.

 

En 2024 la situación se asemejó a la ideal desde este punto de vista. La diferencia entre el precio máximo (US$ 4,12) del novillo especial y el mínimo (US$ 3,40) fue de 21%, muy por debajo del 44% de 2023 y ni qué hablar del 67% de 2022. Pero, además, se dio una trayectoria ascendente con muy pocas oscilaciones; los mínimos se dieron en enero y los máximos en diciembre.

 

En el caso de los terneros, que tienen al valor del novillo gordo como uno de sus principales determinantes, se dio la misma tendencia, con una diferencia entre mínimo y máximo que se redujo en 2 puntos porcentuales entre 2023 y 2024.

En la última década se ha dado un hecho peculiar: la brecha entre máximo y mínimo anual ha sido siempre menor en el caso del ternero que en el del novillo. Es probable que la opción de la exportación de ganado en pie, que “independiza” al menos parcialmente el precio del ternero del animal terminado, esté incidiendo sobre esta variable.

 

Para 2025 cabe esperar un nuevo año con una volatilidad relativamente menor. En el caso de los terneros, la expectativa es de un mercado firme —siempre que no haya graves complicaciones climáticas— en el correr del año, sostenido por una exportación en pie que se mantendrá dinámica. Para el gordo, las proyecciones son de un mercado internacional demandado, aunque el escenario nunca está libre de eventuales nubarrones.