El interventor de Conexión Ganadera, Alfredo Ciavattone, pidió a la Justicia un permiso para poder vender más de 800 cabezas de ganado gestionadas por la empresa con el fin de cubrir gastos de funcionamiento de la compañía y así evitar "daños irreparables", confirmaron fuentes del caso a El Observador.

Ciavattone solicitó al juez de Concurso Leonardo Méndez que se levantara de forma parcial la prohibición de innovar con el ganado de Conexión, dispuesta en la sentencia que dictaminó la intervención urgente de la empresa como medida previa a su entrada en concurso de acreedores.

La solicitud, a la que accedió El Observador, indica que "es necesario" vender parte del "stock vacuno" de la compañía para "evitar daños irreparables". Para ello, solicitaron levantar la inhibición de 683 "vacas gordas" y 162 "novillos", provenientes de 14 registros de la empresa Hernandarias XIII, la empresa propietaria del campo en el que se encontraba el ganado de Conexión Ganadera, administrada por Pablo Carrasco y su esposa Ana Iewdiukow.

El dinero sería utilizado para "la conservación" y la "sanidad" del "principal activo empresarial" –el ganado– para poder "abonar deudas salariales" y brindar "alimentación" al personal "a cargo del cuidado de los animales".

Por otro lado, el fiscal de Lavado de Activos Enrique Rodríguez pidió ayer el cierre de fronteras para el director de Conexión Ganadera, Pablo Carrasco, su esposa Ana Iewdiukow y de Daniela Cabral, viuda de Gustavo Basso, el otro administrador de Conexión Ganadera que falleció en un accidente de tránsito el pasado 28 de noviembre, informó El Observador.

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