La Ofinica de Planeamiento y Políticas Agropecuarias (OPYPA), emitió esta semana su anuario estadístico, donde presenta como dato principal una caída del PBI agropecuario de 3,3%.
En este documento hace algunas valoraciones sobre el comportamiento del sector agrícola, donde sostiene que en este año el clima permitió obtener un aumento en la producción de soja, lo que dio dinamismo a la cadena oleaginosa en su conjunto, repuntando las exportaciones, los resultados de los agricultores, la demanda de servicios logísticos y el compromiso financiero, lo cual se había visto fuertemente afectado por la sequía del sector.
Esto se dio pese a un área inferior al millón de hectáreas y una producción de 2,9 toneladas por hectárea, por lo que la producción se duplicó en un año. El aumento de ingresos por concepto de exportación se dio por mayor volumen, ya que la referencia promedio bajó.
En el caso de productos como el maíz y sorgo, la producción reflejó un fuerte crecimiento debido al aumento de la superficie cultivada y de los rendimientos promedios que se vieron favorecidos por el clima. El maíz en particular alcanzó un máximo histórico de 819 mil toneladas en este ejercicio, con más del 50% de aumento en área y un rendimiento de 7,6 toneladas por hectárea.
El 2020 se presenta como auspicioso para la cadena del trigo, teniendo en cuenta la posibilidad de aumento del área sembrada en 16%, y rendimientos por encima del promedio nacional, lo que incidiría positivamente en la industria local, que volvería a disponer de buenos volúmenes de materia prima y se mantendría la corriente exportadora.