Los principales laboratorios farmacéuticos internacionales que compiten por llegar a ser los prime
ros en producir una vacuna confiable contra el Covid-19 han informado en los últimos días sobre avances sustantivos en la efectividad de sus productos. Comenzó Pfizer anunciando una efectividad de 90%, luego la también estadounidense Moderna subió la apuesta y manejó un 94,5%, ante lo que el primero de los mencionados no se quedó atrás y elevó la proporción a 95%.
Estos anuncios tuvieron una repercusión positiva en los principales indicadores de la economía mundial. Los índices bursátiles subieron, lo mismo pasó con el precio del petróleo —aunque de forma moderada— y con las monedas de los países emergentes, en la medida que pasa a haber mayor predisposición a invertir en activos riesgosos, muchos de ellos en países en vías de desarrollo. En la región el principal impacto fue sobre el real que se valorizó 6% desde principios de mes. El peso uruguayo no quedó ajeno a la situación; en el mismo período se valorizó 0,8%.
Pero este optimismo en el plano macro todavía no llega a la mayoría de los productos ganaderos de exportación. En el mercado internacional no se advierte un mejor ánimo para productos como la carne y la lana. La industria que compra un fardo de lana está previendo que el producto final esté disponible para el consumidor en un plazo no menor a los seis meses. Por su parte, la carne que compre hoy un importador europeo, con una vida útil de 120 días para el producto enfriado, podría ser consumido entre fines de marzo y principios de abril. Si para entonces la vacuna ya estuviera disponible en forma masiva, sería un mundo en franco crecimiento. Pero no es así.
Un importador europeo de carne consultado al respecto en los últimos días confirmó que ese optimismo no llega al mercado de importación. “Acá de lo que se habla es de cuarentenas más estrictas, de la suspensión de clases, la clausura de los restoranes; los anuncios de los laboratorios no están incidiendo”, expresó. De hecho, en estos días los precios de exportación del enfriado a Europa siguieron cayendo.
Es que las expectativas no son de que los laboratorios puedan contar en forma masiva con la vacuna en un plazo de algunos meses. “Siendo optimistas, la vacuna no estará disponible en forma masiva hasta dentro de dos años”, vaticinó un industrial lanero.
Habrá que seguir esperando algún tiempo más. Y en el ínterin, salir solo lo estrictamente necesario para ayudar a aplanar una curva que se hace cada vez más pronunciada y preocupante.