El lunes, apenas un día después de su triunfo electoral, el gobierno argentino resolvió mejorar por un mes (hasta el ballotage presidencial) el tipo de cambio que reciben los exportadores en general. Cabe recordar que, desde hace un año, el ministro de Economía Sergio Massa viene utilizando sucesivamente esta estrategia de cambios diferenciales con algunos productos, particularmente granos, lo que estimula al exportador al achicar un poco la brecha entre el tipo de cambio oficial y el dólar libre, que hace rato supera el 100%.

El nuevo desdoblamiento cambiario, que por primera vez incluye a la carne bovina, implica que un 70% de las divisas se liquiden en el mercado único de cambios (oficial), y el 30% restante al dólar contado con liquidación (CCL). Si bien es variable, ayer el resultado de esa ecuación daba un tipo de cambio de alrededor de Ar$ 510 por dólar, frente a los Ar$ 350 del tipo de cambio oficial, una mejora de alrededor de 45%.

Si bien el sistema ya está vigente para todas las exportaciones que se liquiden desde ayer, desde algunos frigoríficos le dijeron a Faxcarne que los bancos manifestaban muchas dudas sobre su implementación.

 

¿Presión que no suba la hacienda?

A la par que mejoraba el tipo de cambio para los exportadores de carne por primera vez, el gobierno argentino habría ido a “apretar” (ejercer presión) a los operadores en el Mercado de Cañuelas (ex Liniers), referente para todo el país en materia de precios de la hacienda bovina, de acuerdo con varias fuentes del sector. El mensaje fue que no anotaran ventas por encima de Ar$ 999 por kilo, para evitar suspensiones de matrículas de los operadores. La idea sería evitar el traslado de la suba a los precios de la carne en el mercado local, a la vez de evitar el título periodístico del kilo de carne a un valor de cuatro cifras. Desde la Secretaría de Agricultura desmintieron que el gobierno esté detrás de esos mensajes.