El precio del ternero, que en plena zafra daba la nota con cotizaciones por encima de las del año pasado —a pesar del contexto bajista del gordo— finalmente corrigió a la baja.

Las ventas siguen siendo de muy elevadas proporciones de la oferta, pero las referencias de precios se ubican, en promedio, con bajas de algunas decenas de centavos en comparación con las que regían un par de meses atrás y también en comparación con la misma fecha del año pasado.

En el remate de Plazarural de esta semana la oferta de animales de la categoría volvió a ser muy importante y el porcentaje de venta elevado. Se comercializaron 5.613 terneros, 92% de la oferta —los lotes que quedaron sin vender fueron, mayoritariamente, de los más pesados— a un valor medio de US$ 2,15 el kilo.

El precio promedio fue 4 centavos inferior al del remate de mayo y US$ 48 centavos menos que el pico de US$ 2,67 de mediados de febrero. En aquel remate la oferta había sido muy baja —solo 281 animales— ya que todavía no había dado comienzo la zafra. A su vez, comparado con el mismo remate de 2019 la baja es de US$ 31 centavos, 12,6%. En aquel entonces el precio del gordo había comenzado un frenético avance que impactaba sobre las referencias de todas las categorías. Ahora la situación es bien distinta, con valores del novillo terminado US$ 65 cents por debajo en la comparación anual.

Las referencias de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) guardan la misma tendencia, al pasar de US$ 2,47 el kilo para los terneros de 141-180 kilos a US$ 2,14 esta semana.

En la edición del 20 de marzo de Informe Tardáguila publicábamos un artículo en el que se decía que, “el ternero, por ahora, hace caso omiso a la debacle”, aludiendo al cimbronazo del coronavirus en la economía global y en los mercados cárnicos en particular, en tanto las cotizaciones de la categoría se mantenían firmes. El artículo decía que esa firmeza se daba a pesar de que la oferta en la actual zafra iba a ser mayor que la de años anteriores, dado que la generación 2019 es muy numerosa. En aquel momento el precio del gordo era inferior a la referencia del año anterior, en tanto el del ternero cotizaba por encima.

Finalmente, la situación cambió y ahora el ternero, así como el gordo, tienen referencias nítidamente inferiores a las de un año atrás. El peso de la abultada oferta parece haber impactado, ahora sí, sobre las cotizaciones medias de la categoría. Además, a esta altura del año los animales son más pesados, lo que tiende a presionar a la baja el precio del kilo.

Pero, de todas maneras, la relación de reposición sigue siendo relativamente elevada, claramente por encima de la de 2019 y 2018. De acuerdo a la ACG, el índice flaco/gordo, que había alcanzado un pico de 1,40 sobre fines de marzo, bajó a 1,25 esta semana. En la primera semana de junio de los dos años pasados se ubicaba levemente por encima de 1,15.

Por lo tanto, más allá de la baja procesada en las últimas semanas, el precio del ternero en relación al gordo sigue relativamente alto, lo que sigue indicando que las expectativas del sector en el mediano y largo plazo continúan siendo favorables.