En 2017, 11 de las 16 industrias frigoríficas analizadas por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) tuvieron resultados económicos negativos. Esa es una de las principales cifras que arroja el trabajo solicitado por el ministro de Ganadería, Enzo Benech, para evaluar el impacto de la exportación de ganado en pie sobre el complejo cárnico. El semanario Búsqueda, que accedió al trabajo de 70 páginas, dijo a conocer algunas de las novedades más salientes del mismo.
En 2017 la industria frigorífica uruguaya ya había comenzado a sentir el impacto de la creciente exportación de terneros en pie en los años inmediatos anteriores. En 2014 habían salido 156 mil, fueron 201 mil en 2015 y 294 mil en 2016, en su amplia mayoría machos vendidos a Turquía. Esas cifras se potenciaron en el mismo 2017 con más de 300 mil y alcanzaron un récord en 2018 por encima de 400 mil.
El precio medio de la tonelada de novillo comprado por la industria en 2017 fue de unos US$ 2.970. El valor medio de la tonelada exportada ese año fue de US$ 3.452, lógicamente incluyendo tanto carne de novillo como de vaca. La diferencia entre ambos era de 16%, muy similar a la brecha de 2016. En 2018 el mercado del gordo se recalentó debido a la notoria escasez de oferta. El precio de compra de los novillos por parte de los frigoríficos aumentó a US$ 3.250 por tonelada carcasa, en tanto que el valor medio de exportación subió de forma más moderada respecto al año anterior. En consecuencia, la diferencia entre ambos se achicó a 9%. Y en lo que va de 2019, con la explosión del precio de la hacienda, la brecha se acortó aún más. El novillo en lo que va del año cotizó a un promedio de US$ 3.420 la tonelada, solo 5% menos que el valor medio de exportación, que es US$ 3.593.
Es un hecho que el valor de exportación subirá en las próximas semanas, dados los mejores precios de venta a China desde la feria del Sial en mayo. Pero por el momento esa es la situación.
Dado que la materia prima es alrededor de 75%-80% de los costos totales de la industria, el problema de costos de 2017, que llevó a que 70% de las industrias terminaran con números en rojo, se agudizó.
Como ejemplo, las tres plantas de Minerva en el país, que se encuentran dentro del brazo Athena Foods que esta empresa creó para la operativa fuera de Brasil, tuvieron un rojo en el primer trimestre de este año que supera los US$ 6 millones, de acuerdo con los datos difundidos por la propia empresa al dar a conocer los resultados al mercado. Además, Uruguay fue el único país en los que actúa Athena Foods con resultados negativos en el período. En Argentina y Paraguay el positivo fue de algo más de US$ 10 millones y en Colombia de US$ 1 millón.
La industria frigorífica sabe que hay momentos del año en los que sus números se aprietan mucho y que hay años en los que, ciclo ganadero mediante, le sucede lo mismo. En los otros, debe recuperar lo perdido y generar ganancias. El problema de esta fase de baja es que es mucho más larga que lo usual de un ciclo ganadero, debido a que no es porque no se haya producido, sino porque los animales se fueron antes de ser faenados. La espalda deberá más ancha que lo usual.