Luis Pedro Olaso, gerente de granos y subproductos de Megaagro, considera que la superficie sembrada de maíz en la próxima zafra será “similar a la del año pasado”, en un contexto donde los precios del cereal, la firmeza del ganado gordo y la debilidad de la soja influyen en la toma de decisiones.

“Ya hay negocios cerrados para el verano y se están comprando animales para encierro. Eso da una señal de que el sistema intensivo sigue en marcha”, afirmó en diálogo con Informe Tardáguila. Según sus estimaciones, hay fundamentos sólidos para que el consumo de maíz se mantenga elevado, sobre todo desde los corrales y la lechería.

De acuerdo a previsiones privadas, en el primer semestre del año se habrían faenado unos 480 mil animales de corral. Si ese volumen se mantiene para el segundo semestre, el consumo de maíz en la ganadería intensiva alcanzará niveles récord para el país. De acuerdo a los datos oficiales de DIEA, en la última campaña de verano se levantaron unos 2 millones de toneladas de maíz entre primera y segunda. La superficie de maíz implantada fue de unas 263 mil hectáreas. El rendimiento promedio fue de kg/ha 7.452 el más alto de las series históricas del país

En cuanto al cultivo en sí, Olaso destacó que no cualquiera se lanza a hacer maíz. “Es cada vez más exigente en manejo, tecnología y experiencia. El que lo hace, sabe a lo que va, y hoy tiene un sistema que le responde”, indicó.

Consultado sobre el efecto que pudo tener la reciente reducción de retenciones en Argentina, Olaso fue claro. “La vedette fue la soja. El maíz tiene una retención de US$ 13 o 14 por tonelada, y eso no mueve mucho la aguja. El gran impacto se lo va a llevar la soja, por volumen y por la diferencia de derechos de exportación”.

A nivel regional, Argentina y Paraguay siguen siendo los principales abastecedores del mercado uruguayo. Actualmente, el maíz importado desde Paraguay llega a un precio en torno a US$/t 240 puesto en destino, mientras que desde Argentina se consigue con una logística más previsible pero a un valor levemente superior. “Hicimos pruebas desde Argentina y, si bien llega un poco más caro, el esquema es más cómodo: se carga, se despacha y llega, sin la incertidumbre logística que tiene Paraguay en esta época”, explicó Olaso.

La importación vía barco desde orígenes más lejanos, como Brasil o Estados Unidos, no es considerada viable. “Los costos logísticos son mucho más altos y además no estamos preparados para recibir 30 mil toneladas todas juntas. Acá el sistema funciona como un goteo: camiones semanales que entran en ritmo con la demanda. Eso se adapta mucho mejor a la realidad operativa del mercado local”, concluyó.

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