La gestora de inversiones Nordea Asset Management, de origen finlandés, anunció esta semana que retiró a la multinacional brasileña JBS de su cartera de inversiones debido a que no está conforme con la forma en la que la empresa procesadora de carnes trata el tema de recibir hacienda de predios deforestados ni tampoco con cómo se ha desempeñado para reducir el riesgo de contagio de Covid-19 en su plantilla de trabajadores.

En un mundo de empresas a nivel global ávidas por recibir inversiones, no alcanza con manifestar que se toman los recaudos necesarios tanto desde el punto de vista sanitario como ambiental, sino que hay que demostrarlo en los hechos. En especial en el caso de grupos inversores europeos, más sensibles a los temas ambientales que los originarios de otras partes del mundo.

El diario británico The Guardian anunció que Nordea vendió el último lote de acciones que tenía de JBS, estimado en unos 40 millones de libras (unos US$ 52 millones). La decisión fue tomada por el Comité de Inversiones Responsables de la firma finlandesa, dejando atrás un largo período de participación dentro de JBS, informó el periódico brasileño Valor Económico. “No sentimos que estábamos viendo la respuesta que procurábamos” de parte de JBS, dijo a este medio Eric Petersen, jefe de inversiones responsables de Nordea. Agregó que “no fue pensando solamente en el riesgo de deforestación en la cadena de proveedores de JBS, sino también en la salud y seguridad de los funcionarios en relación con el Covid-19”.

En contrapartida, Nordea mantiene inversiones en Minerva y Marfrig. Peteresen elogió el plan de sustentabilidad presentado por Marfrig la semana pasada, en el que se compromete a reducir a cero los animales adquiridos en zonas deforestadas. “Estamos muy satisfechos con las iniciativas anunciadas por la empresa, sentimos que allí tenemos un diálogo”, dijo Petersen.

Comparado con el valor total de JBS, de casi US$ 12 mil millones, lo de Nordea es una gota en el océano, pero puede ser una señal de mucha preocupación para la principal empresa de proteína animal del mundo, dado que la firma finlandesa forma parte de un grupo de una treintena de empresas que manejan en el entorno de US$ 4 mil millones en inversiones, las que ya han manifestado su preocupación con el tema de la deforestación en Brasil.

De hecho, ayer JBS informó que gastó unos R$ 100 millones solamente en el segundo trimestre del año para “proteger del Covid-19 a sus 130 mil trabajadores en Brasil”. Sin dudas este comunicado tiene relación con la decisión de Nordea de pocas horas antes.