Ingleby Farms, empresa de origen escandinavo que en Uruguay maneja 27 mil hectáreas en las que produce carne de primera calidad, es la primera empresa de América Latina en contar con el sello Certified Humane, de amplio reconocimiento en Estados Unidos, el cual garantiza las condiciones de Bienestar Animal de los animales producidos por la firma.
Rafael Leguísamo, gerente de Desarrollo de Negocios de Ingleby Farms a nivel mundial, explicó que el producto final lleva el logo que certifica al consumidor que el ganado, desde el nacimiento hasta su muerte, recibió buenas prácticas de manejo. Los auditores de Certified Humane auditaron los siete establecimientos que Ingleby tiene en Uruguay (en Durazno, Paysandú, Río Negro, Soriano y Flores) y también la industria donde la empresa faena a façon para salir con el producto con su propia marca y el sello. Los animales de Ingleby se terminan 100% sobre pasturas.
Ingleby produce para faena unos 5-6 mil vacunos por año y está absorbiendo gradualmente esta producción para ser incluida dentro de su propia marca. Este producto, que se vende a un precio que se ubica dentro del rango de cotizaciones de las carnes de feedlot, se comercializa en boutiques de carne en Uruguay, en Estados Unidos, y también comenzó a abrirse espacio en otros destinos como China y Suiza. “Este mes realizamos el primer embarque de este producto al mercado chino”, destacó Leguísamo.
Explicó que se apunta a un producto de valor que se vende en mercados de nicho, a clientes que valorizan la producción a campo, de animales que pastan libremente. El sello Certified Humane es uno de los atributos de valor en los productos que vende la empresa, que incluyen además la producción 100% de animales Aberdeen Angus, faenados con entre 24 y 30 meses de edad, alimentados con pasturas de alta calidad. Dijo que no es fácil saber en qué proporción aumenta el precio de venta por el hecho de contar con el sello, que es uno de los varios atributos diferenciales con que cuenta la carne producida por Ingleby Farms.
Leguísamo explicó que para lograr el sello hay que someterse a una “certificación exigente” de todos los establecimientos de la firma. Se certifican todas las etapas —cría, recría y engorde—, teniendo en cuenta las prácticas de manejo, el acceso al agua de los animales, que no estén encerrados y pasten libremente. Puso como ejemplo la exigencia de la castración de los terneros, que debe ser realizada a edad temprana y con el uso de analgésicos.
Además, la planta frigorífica también debe ser auditada y debe garantizar la correcta trazabilidad del producto, ya que debe estar garantido que lo que salga de las cámaras es, efectivamente, la producción de los animales de Ingleby.
Los cortes de alta calidad salen con la marca Ingleby Farms y con el sello. Pero también se puede vender carne en bloque para su posterior industrialización, la cual incluye el sello de Certified Humane. Leguísamo explicó que la industria que compra este producto puede, en el caso de su planta industrial cuente también con la auditoría Certified Humane, incluir el sello en sus productos, ya sean hamburguesas, salchichas u otro producto final.
Los campos de Ingleby en Durazno y Paysandú son los que realizan la cría. En los de Río Negro, Soriano y Flores se hace la recría y el engorde. Ingleby se dedica a la producción ganadera y a la agricultura, con rotaciones pasturas-cultivos.