Alemania, el principal productor europeo de carne de cerdo, confirmó ayer el primer caso de fiebre porcina africana (FPA) en un jabalí hallado muerto próximo a la frontera con Polonia.
La reacción en el mercado de futuros del cerdo en Estados Unidos fue inmediata, con una suba del límite máximo diario permitido, en la medida que Alemania es un jugador trascendente dentro del mercado internacional de carne porcina y algunos de sus destinos (fundamentalmente China) podría tomar la decisión de suspender las importaciones del país. Los antecedentes respecto al accionar de Beijing en casos similares apuntan en este sentido.
Desde la Unión Europea, con la FPA golpeando la puerta a varios de los principales países productores y exportadores (Dinamarca, España, Alemania), presionan por la regionalización de los países, de manera de suspender solo las ventas de la región afectada. Pero no está claro la determinación que tomarán los países importadores que, al fin y al cabo, es la que cuenta.
La FPA diezmó las existencias porcinas en China desde 2018 y fue el principal responsable de la disparada de los precios de la proteína animal desde el segundo trimestre de 2019. Más allá de las medidas tomadas por el gobierno chino para detener la disparada de los precios —y de los efectos depresivos de la pandemia sobre el consumo— el mercado se ha mantenido recalentado. De quedar fuera un proveedor trascendente como Alemania, sería un factor alcista para los precios de exportación de carne de cerdo a China que, con toda seguridad, repercutiría sobre las cotizaciones de las demás carnes rojas.
En el año a julio China importó casi 1,5 millones de toneladas de carne de cerdo. El principal proveedor, a pesar de la guerra comercial, es Estados Unidos con 478 mil toneladas, seguido por España (455 mil) y Alemania (346 mil toneladas). En cuarto lugar aparece Brasil con 239 mil toneladas.