El meteorólogo y consultor privado, Mario Bidegain, analizó para Negocios Rurales del mes de febrero, los efectos de la sequía que sufrió el país y alertó por un posible fortalecimiento de La Niña en los meses de marzo y abril.
Llovió bastante en las últimas semanas, ¿Qué lectura se hace de estos eventos?
La Niña que nos viene afectando por lo menos desde octubre del año pasado, que es responsable del déficit hídrico del último trimestre, sigue estando a pesar de que está en una lenta situación de debilitamiento, pero va a seguir actuando durante los próximos meses, por lo que hasta que finalice el otoño vamos a tener sus influencias.
Si bien hemos tenido lluvias muy importantes en los meses de enero y febrero, creemos que el segundo mes del año va a terminar en niveles normales o por encima de lo normal. Principalmente la zona este del país va a terminar en niveles muy superiores, y el litoral oeste también va a terminar con lluvias cercanas a valores normales.
En Rivera se han superado los 400 milímetros en lo que va del año, en Melo y Treinta y Tres 300 milímetros, son valores realmente importantes en tiempos de sequía.
Pese a esto, no hay que cantar victoria anticipada, porque creemos que en los meses de marzo y abril, va a volver el déficit, principalmente en el oeste del país. Esto por efecto, justamente, de La Niña.
¿En esos modelos, qué se espera concretamente para los meses de marzo y abril?
Por supuesto que ya vamos a estar culminando los meses del verano, que han sido atípicos con un diciembre muy seco y un enero y febrero con buen nivel de precipitaciones.
Pero repito, no hay que cantar victoria por anticipado porque vemos que en el inicio del otoño podemos tener una menor cantidad de lluvias y un nuevo déficit en lo que sería básicamente el litoral oeste del país, en departamentos como Salto, Paysandú, Rio Negro, Soriano y Colonia principalmente.
¿Qué tan importante podría ser esa falta de precipitaciones?
Creemos que no va a ser de la intensidad de la que tuvimos en el último trimestre de 2020, ya que vemos que eso ha quedado atrás, en función de que La Niña también está en desaparición.
Pero la situación en el suroeste del país todavía no está normalizada y está faltando agua en el suelo de muchos departamentos. Por lo tanto, si volvemos a tener un faltante de lluvias, recién estas tierras se van a recuperar hacia finales del otoño.
¿El debilitamiento que algunos estudios internacionales señalaban sobre La Niña no sería tal, sino que más bien es una pausa en este mes de febrero?
Lo que pasa es que La Niña sigue su curso, pero históricamente lo que ha pasado —lo vengo diciendo desde el año pasado— es que durante enero y febrero es como que se pierde la señal sobre Uruguay del efecto tanto en la fase cálida como en la fase fría. Sobre marzo y abril vuelve a manifestarse esta señal, que siempre existe pero que está enmascarada en febrero con otros factores dinámicos de la atmósfera y, por lo tanto, no se percibe en toda su integridad.
¿Qué tan importante ha sido este déficit, que viene ya desde el verano pasado y arrastró otras situaciones?
Cerrando toda la información de 2020 se puede decir que prácticamente todo el Uruguay terminó con déficit de precipitaciones, con montos de lluvias que estuvieron alrededor de los 1.000 milímetros de promedio en el año, cuando en un año normal supera los 1.300. Eso indica que en algunas zonas del país, como el suroeste, el déficit fue aún mayor, sobre los 400 milímetros faltantes.
Eso para dar una idea a nivel de la escala anual, que tuvimos un año muy seco.
Esto se centró en los dos veranos, tanto 2019-2020 como 2020-2021, por lo tanto los suelos vienen sufriendo esto desde hace un año atrás, por lo que todavía va a ser lenta la normalización, porque la faltante de agua se ha hecho notar durante muchos meses.