Nueva Zelanda anunció que a partir de 2023 dejará de exportar animales en pie por vía marítima, lo cual puede significar un cambio trascendente en la dinámica de esta corriente comercial, fundamentalmente en el caso de embarques de animales de razas lecheras.

El argumento esgrimido por el Ministerio de Agricultura es que el país debe conservar la reputación de “nación que da un trato ético a los animales”. La medida supone un período de transición de dos años para lograr su acatamiento en todo el territorio.

Solo en 2020, Nueva Zelanda exportó cerca de 110.000 cabezas de ganado a China, triplicando los números de 2019. Juan Martín Scasso, integrante de la empresa Agrosocio, que está exportando ganado en pie a China, dijo que la decisión neozelandesa “sorprendió”. Aunque todavía no está muy claro el alcance, es un hecho que, si se confirma la medida, significará cambios trascendentes en el comercio internacional de vacunos en pie.

“En el centro de nuestra decisión está mantener la reputación que tiene Nueva Zelanda de tener altos estándares respecto al bienestar de los animales. Tenemos que estar por delante en un mundo en el que aumenta el escrutinio sobre el bienestar de los animales”, dijo a través de un comunicado el ministro Damien O’Connor, según informó el medio argentino Bichos de Campo.

Explicó que no todos los barcos encargados del transporte tienen las condiciones necesarias para asegurar la seguridad de los animales, y agregó que se está trabajando para mantener la reputación “de ser los productores de proteínas ganaderas más éticos del mundo”.

Scasso dijo que se han observado inconvenientes en barcos “adaptados” para la exportación de animales en pie, pero que eso no sucede con los que han sido fabricados con este fin.

La medida neozelandesa se tomó luego de que la industria se convirtiera en el centro de atención tras el hundimiento del Gulf Livestock, en setiembre del año pasado en el Mar de China Oriental, luego de salir de Napier. En ese incidente fallecieron 41 tripulantes, incluidos dos neozelandeses, y 6.000 cabezas de ganado que estaban cargadas en el barco.

Este hecho se dio luego de varios otros. En el caso de Australia, no mucho tiempo atrás había tomado la decisión de suspender sus embarques de ganado en pie a Indonesia —su principal cliente— luego de filmaciones en las que se constataba el mal trato recibido por los animales. Luego, con algunos recaudos, la corriente comercial se reanudó.

En el caso de Nueva Zelanda, las exportaciones de ganado en pie tienen un valor de 354 millones de dólares al año y representan el 0,2% de las ventas del sector primario al exterior. La lectura del gobierno es que puede salir más caro dañar la reputación del país que mantener estas ventas.