El mundo podría estar ingresando en un nuevo ciclo de subas en los precios de las materias primas, quizás no tan expresivo como el de principios de la década pasada, pero de todas maneras significativo.
Esa posibilidad se está analizando a nivel internacional y el prestigioso medio económico The Economist da cuenta en un artículo de los últimos días.
Es que, si se observa la tendencia de los últimos meses, ya sea en el caso de las materias primas agrícolas como de las minerales, la tendencia ha sido clara. El petróleo, luego del piso alcanzado promediando el primer semestre del año pasado —cuando cotizó en terreno negativo— mantiene una paulatina y persistente valorización que ha llevado al barril Brent —de referencia en Uruguay— a superar los US$ 56, y subiendo. Otros minerales, caso del hierro, aumentaron 75% desde principios de 2020, como se observa en el gráfico adjunto.
Los metales preciosos no se quedan atrás. El oro superó el año pasado los US$ 2.000 por onza por primera vez en la historia, favorecido por las muy bajas tasas de interés a nivel global.
Y los productos agrícolas tampoco se han quedado atrás, con la soja como principal estandarte sectorial y una suba de casi 50% en solo un año. La suba de este insumo crucial para la producción de proteína animal (carne y leche) terminará repercutiendo, más tarde o más temprano, en mejoras en los precios de estos productos.
La pregunta crucial es si los motores de la demanda serán suficientes para consolidar esta tendencia alcista. Quienes argumentan a favor se basan en dos factores. Por un lado, el comienzo de la vacunación masiva contra la pandemia del coronavirus, que debería ser el paso inicial para comenzar a dejar atrás este grave problema una vez la porción de la población inmunizada sea significativa. Por otro, el plan de apoyo económico de la nueva administración de Joe Biden en Estados Unidos, con un gasto previsto de US$ 2.000 millones que, no solo apuntalaría la demanda, sino que podría debilitar la cotización del dólar, con el lógico impacto alcista en los precios de los productos que se comercializan en esta moneda en el mercado internacional.
Si la vacunación es exitosa, podría hacer que todo el mundo comience a salir de la recesión al mismo tiempo. Habrá que ver de qué forma pega eso sobre los precios, ya que podría llegar a tener un impacto inflacionario a nivel mundial nada despreciable.
A nivel de los países emergentes, esta recuperación tendría un impacto sobre el precio de sus monedas, por lo que habría que esperar un dólar bastante trancado en Uruguay. Esta es la parte negativa para los sectores agroexportadores.
El transcurrir de 2021 irá dejando atrás las interrogantes. Por el momento no se piensa en subas tan radicales en los precios de las materias primas como las que se dieron una década atrás. Pero las posibilidades de una recuperación de las cotizaciones agropecuarias para bastante probable.