
La operativa comercial con el mercado estadounidense está un poco frenada esta semana por la celebración del Día de Acción de Gracias de este jueves 27 de noviembre, una de las fiestas nacionales más populares en este país. De todas formas, un trader aseguró a WBR que durante la última semana se dieron varios cierres desde Brasil, luego que se conociera la noticia del levantamiento de la sobretasa del 40% que regía sobre la carne vacuna brasileña.
El objetivo de los exportadores es llegar a tiempo para la cuota de 52 mil toneladas libre de arancel para terceros países. El plan es cargar en los primeros días de diciembre, con un flete que puede demandar entre 25-30 días.
Los negocios que se hicieron para carga dentro de cuota pautan referencias de US$/t 7.800 par un 95 CL y de US$/t 7.600 para un 90 CL CFR. “La apuesta es tratar de llegar en la primera quincena de enero”, explicó el informante.
El año pasado, el cupo de 65 mil toneladas se agotó en las primeras tres semanas de enero. Otras fuentes indicaron que ya hay “un volumen importante” de carne de los tres grandes (JBS, Minerva y MBRF) en viaje o en depósito para ingresar dentro de cuota.
Este escenario ha dejado en “desventaja logística” a posibles nuevos cierres desde Paraguay para llegar con chance de ingresar dentro de la cuota 2026.
“Hoy EEUU está demorando en responder, bastante parado”, dijo un exportador paraguayo a WBR.
Antes del anuncio de la quita del arancel punitivo a Brasil, muchas empresas habían apurado ventas, especialmente desde Australia, aprovechando la eliminación de la tasa de 10% impuesta a todos los orígenes. Según un trader australiano, se cerraron negocios a valores CIF entre 4% y 8% por encima de los niveles previos para entregas en enero y febrero. “Fueron días muy buenos.” La noticia del pasado jueves sobre la mejora de las condiciones de ingreso del producto brasileño, sin embargo, congeló completamente el mercado para nuevos cierres.
Según relató la fuente, la baja del arancel para Brasil tomó por sorpresa al mercado. Explicó que, aunque muchos intuían que en algún momento Estados Unidos flexibilizaría la medida, nadie esperaba que ocurriera ahora.
El operador insistió en que, más allá de las medidas políticas, el mercado sigue condicionado por un problema estructural: no hay oferta suficiente. Recordó que este año no ingresó a Estados Unidos el millón y pico de cabezas de México que habitualmente alimenta los feedlots, y esa ausencia pesa más que cualquier arancel. “Podrán poner 5% o 70%, pero no van a aparecer 4 millones de terneros de un día para otro”, afirmó.
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Reabrir ese flujo podría ayudar a moderar los precios, pero el impacto recién se sentiría después de 150 a 200 días, que es el ciclo mínimo de engorde.
El ingreso de animales a los corrales de más de 1.000 cabezas en octubre fue el menor para ese mes desde que el USDA divulga el reporte de Cattle On Feed en 1996.
Otro elemento que cambió con fuerza es la situación financiera de los importadores estadounidenses. La eliminación de los aranceles (10% y 40%) liberó capital de trabajo, redujo garantías y alivió el flujo operativo. Esto podría habilitar una nueva dinámica: la nacionalización inmediata de la carne que estaba almacenada para enero y el uso de esa liberación para cargar nuevos embarques antes de que cambie la ventana de cuota.

Algunos importadores evalúan estrategias de ese tipo, lo que podría generar un salto en el volumen embarcado desde Brasil hacia Estados Unidos en las próximas semanas.