Se proyecta un crecimiento de la facturación de casi 70% para 2035, con una tasa anual de 4-5%, que supera el ritmo histórico de aumento. El mercado global de quesos atraviesa una fase de fuerte expansión. Con un valor actual de US$ 105.500 millones, se proyecta que alcance los US$ 178.500 millones en 2035, un aumento de 69% en términos de dólares nominales durante la próxima década, según proyecciones de Future Market Insights divulgadas por el portal Dairy Reporter.
El crecimiento de las ventas se acelera a una tasa anual de 4%-5%, por encima del histórico 3%-3,5%. Esta dinámica combina la demanda madura en Europa y Norteamérica con la rápida expansión en Asia, Medio Oriente y América Latina.
Entre los motores principales figura la restauración rápida, que dispara el consumo de mozzarella, queso en fetas y crema, especialmente en cadenas de pizza, hamburguesas y cafés en Asia y Medio Oriente. En Europa y América del Norte, donde el consumo per cápita ya es muy elevado, el crecimiento se sustenta en quesos premium, artesanales y con certificaciones de origen o geográficas (denominadas PDO y PGI), además de variedades como triples cremas o añejados. El segmento de marca propia también gana terreno, representando hasta dos quintos de las ventas en Estados Unidos y con retailers europeos ampliando sus líneas premium para retener clientes en contextos inflacionarios.
América Latina con comportamiento dispar
América Latina muestra un panorama heterogéneo. Brasil combina tradición quesera con creciente demanda de mozzarella y cheddar por el auge de pizzas y hamburguesas. Argentina equilibra un consumo interno fuerte con exportaciones, mientras que México se ve cada vez más influido por patrones dietarios estadounidenses y el avance de cadenas de comida rápida. La región enfrenta volatilidad económica y cambiaria, pero cuenta con factores estructurales a favor: población joven, urbanización y expansión de la clase media.
El segmento de quesos de origen vegetal, aunque aún reducido (US$ 3.000-3.500 millones), crece a doble dígito gracias a innovaciones en fermentación, cuajos microbianos y formulaciones con anacardo, así como al interés de consumidores preocupados por salud y sostenibilidad. Grandes lácteas como Bel y Danone refuerzan su presencia en este nicho.
Otro vector de crecimiento son los quesos funcionales y saludables. Las versiones sin lactosa ganan terreno en Europa y Norteamérica, mientras que opciones reducidas en sodio o grasa atienden a consumidores mayores o con cuidados cardiovasculares. Al mismo tiempo, etiquetas como “alto en proteína” y “orgánico” posicionan al queso dentro de estilos de vida saludable. También crece la oferta de snacks fortificados para niños.