El exgerente general de Sancor, Jorge Arnaldo, fue el expositor central de la Asamblea General Ordinaria de la SPLF el pasado viernes. En su charla, repasó los desafíos de las cooperativas, analizó el caso argentino y dejó mensajes clave para el futuro del sistema lechero.
En el marco de la Asamblea General Ordinaria de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF), el exgerente general de Sancor, Jorge Arnaldo, brindó una charla que combinó experiencia práctica, análisis estratégico y reflexión gremial.
Con más de 25 años dentro de la cooperativa argentina —ocho de ellos como director general— y actualmente vinculado a consultoría y producción lechera familiar, Arnaldo destacó que el modelo cooperativo “es el mejor sistema para el negocio lechero integrado”, pero advirtió que su sostenibilidad depende cada vez más de dos factores clave: eficiencia y valor agregado. “El mundo corre a niveles de eficiencia muy altos y las cooperativas no pueden quedarse atrás”, alerto.
Para Arnaldo, las empresas líderes globales invierten constantemente en innovación, y esa dinámica impone desafíos permanentes. “Diseñamos una planta hace dos años y medio, y ya hay tecnología superadora. Esa carrera hay que correrla, aunque sea exigente, porque es lo que mantiene vivas a las empresas”, indicó.
Puso como ejemplo de éxito el caso de la cooperativa europea Arla Foods, que tiene definido como política un monto fijo del 3% de su facturación para inversión en tecnología e innovación.
Insistió en que el “modelo cooperativo es el mejor” para la producción de leche porque es el que mejor “defiende el precio al productor” a diferencia de una empresa privada tradicional que solo mira sus márgenes.
Los aprendizajes de Sancor
Desde su experiencia en Sancor, el exdirectivo compartió aprendizajes sobre los errores que derivaron en su crisis: pérdida de productividad, dificultad para implementar procesos de eficiencia, presión gremial rígida y decisiones de precios que no se sostenían en los números. “En 2016 se pagaron precios por encima del mercado, y eso agravó la situación. Fue una decisión de la dirección, no del gobierno ni de los funcionarios”, aclaró.
Arnaldo también se refirió a la necesidad de explorar alianzas estratégicas: “No se trata de vender la cooperativa ni de perder identidad. Se trata de buscar sinergias específicas para mercados o líneas de productos. Una unidad de negocio puede potenciarse aliándose con alguien que tenga llegada o tecnología complementaria”. También consideró que los directorios de las cooperativas lácteas deberían considerar seriamente la incorporación de un líder exitoso de otra industria a su dirección para la toma de decisiones estratégicas.
Otro de los ejes que destacó fue el vínculo con los trabajadores. “Ellos son la columna vertebral de la empresa. Hay que comprometerlos en los objetivos de productividad, eficiencia y valor agregado. Una empresa fuerte es el mejor empleador que puede tener un trabajador”, subrayó.
Finalmente, Arnaldo instó a los dirigentes cooperativos a defender la herramienta más allá de las tensiones del día a día. “Muchas veces los productores pedimos: ‘páguenme más la leche’. Pero si se destruye la cooperativa por decisiones populistas, después cuesta años rearmar lo que se perdió. Defender la institución es también defender el futuro de todos”, concluyó.