Brasil atraviesa una transformación estructural en su lechería. En los últimos años se consolidó una tendencia de reducción en el número de establecimientos, acompañada de un crecimiento en la escala productiva y una migración territorial de los principales polos lecheros.
Según un análisis publicado por MilkPoint en base a datos del Censo Agropecuario 2017 y la Encuesta Pecuaria del IBGE de 2023, Brasil pasó de 1.176.000 tambos en 2017 a 948.000 en 2023, lo que implica una reducción de 228.000 establecimientos en seis años. Sin embargo, la producción nacional de leche cayó apenas 2,5% en ese período, lo que indica una mejora sustancial en la productividad promedio.
Uno de los datos más destacados es el peso creciente de los productores más grandes. Mientras que los tambos que producen más de 1.000 litros diarios representan apenas el 3,7% del total de establecimientos, son responsables del 38% de la leche producida en el país. En 2017 había 48.000 tambos en ese segmento; en 2023, la cifra creció a 59.000.
A su vez, la franja de productores más pequeños —con hasta 200 litros diarios— viene perdiendo participación de forma continua.
En 2025, aún representan el 57,3% de la muestra, pero explican apenas el 10,4% del volumen total producido. Esta caída puede reflejar tanto la salida de muchos de estos productores de la actividad, como un movimiento de crecimiento hacia escalas superiores.
En cuanto a la distribución geográfica, el análisis muestra que estados históricamente importantes como Rio Grande do Sul y Paraná perdieron participación en el volumen total producido. En cambio, crecieron regiones como Minas Gerais, Goiás, Bahía y otros estados del norte y nordeste.
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La lechería brasileña se mueve hacia zonas con mayor escala, productividad y estabilidad climática. Esto reconfigura no solo el mapa productivo, sino también los desafíos logísticos, comerciales y tecnológicos de toda la cadena.